Mostrando entradas con la etiqueta mochuelo común. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mochuelo común. Mostrar todas las entradas

viernes, 12 de julio de 2019

Resumen del (espectacular) paso prenupcial por Cabu Peñes (I): Rapaces y zancudas.

Esta primavera pudimos disfrutar de un espectacular y concurrido paso por el Cabu Peñes, algunos días fueron realmente memorables, con una mezcla de bichos de lo más curioso. Por si no lo creéis, pongo algunos ejemplos, por ejemplo las rapaces que vimos, comenzando por este aguilucho papialbo (Cyrcus) macrourus.





Aunque no es el primero que tenemos visto por aquí, siempre es un placer, que en este caso debemos a la buena vista de Xuan Cortés, que nos permitió a Roberto y a mí disfrutar este ejemplar durante varias horas.









Cada vez se ven más por la Península Ibérica, y ya casi no es novedad verlo durante el paso prenupcial, en especial, como en este caso, a los ejemplares jóvenes.









Fue diaria la presencia del aguilucho lagunero occidental (Cyrcus aeroginosus), en concreto este ejemplar, posiblemente un macho.











Al estar patrullando por encima de la charca de Coneo, casi siempre se llevaba algún premio.













Sin duda el Cabu Peñes es un lugar magnífico para aguiluchos, viéndose muchos años las 4 especies del Paleártico Occidental.











A los residentes milanos negros (Milvus migrans), se les unieron varios ejemplares que pasabn por encima nuestro sin parar.










Este mochuelo común (Athene noctua) no estaba en paso, todo lo contrario, ya que su territorio debe ser de los pocos de la avifauna asturiana que dispone de dirección postal, nunca se separa de una casa particular en Coneo.














Debe estar muy bien tratado, y sin duda, respetado por los dueños de la casa, ya que son al menos 2 años viviendo en ella, teniendo en cuenta la de insectos y pequeños roedores que consumen, es una medida muy inteligente.















De zancudas, algunos avistamientos interesantes, como varias cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) en paso, algunas muy cercanas.












No falló tampoco la habitual en el paso prenupcial por la zona garza imperial (Ardea purpurea), toda una madrugadora.








domingo, 1 de julio de 2018

Trigueros y pardillos

En mi última visita al Cabu Peñes pude ver 8 trigueros (Emberiza calandra).














Un buen número para este pájaro que tanto escasea, cada vez más, en la rasa litoral asturiana, que antes frecuentaba en mayor medida.










Es fácil localizarlos por su monótono y poderoso canto nupcial, aquí os pongo un vídeo por si todavía no lo conocéis.













El triguero, como su nombre indica, disfruta de territorios agrícolas bien cuidados, y aquí tiene un bastión importante.












Esperemos poder disfrutar de nuevo con mayor frecuencia de ese canto tan particular y de ese pico "dentado" también muy conspicuo.









Los mucho más coloridos machos de pardillo común (Carduelis cannabina) comparten en Peñes el hábitat, aunque son mucho más sociables entre ellos, y tienen costumbres diferentes.














Las hembras son menos detectables por ser de tonos ocres, pero al viajar en grandes bandos, acompañan a los machos y se ven alrededor.






Por ahora siguen siendo frecuentes en Asturias casi en cualquier lugar de la costa y además no son nada tímidos.






Además de estos dos taxones tan característicos, seguía el mochuelo común (Athene noctua).















También los bisbitas arbóreos (Anthus trivialis).

lunes, 7 de mayo de 2018

Paseando con búhos (II): Mochuelo europeo.

Tuve la suerte de encontrarme a mediados del mes pasado con un mochuelo europeo o común (Athene noctua).

















A plena luz del día, en el núcleo de Coneo, en el Cabu Peñes, no me imaginaba que iba a aguantar mi presencia tan cercana.










Pero aguantó unos divertidos minutos, hasta que me fui. Por lo que me cuenta Roberto, tiene querencia por este lugar este ejemplar.






Aparte de esos ojos tan intensos, y de la pinta de pillo, pude observar la "cara" que tiene en la nuca, y que a larga distancia mosquea mucho.













En las fotos puede parecer que esté enjaulado, pero era libre de salir de allí. En una casa de campo, llena de cucho, insectos, pequeños reptiles, ratoncillos y demás, el beneficio es mutuo, es un buen lugar para que prospere el mochuelo, y una bendición para el ganadero dueño de la casa, que se va a ver libre de plagas una temporada. Que dure la convivencia.







Os dejo un cutrevídeo de este búho tan simpático.



martes, 6 de octubre de 2015

Vacaciones 2015: Desierto de Tabernas (II)

Seguíamos internándonos por barrancos y el Sol subía, las sombras se pegaban a la roca, el yeso brillaba, y yo disfrutaba como une enano. Escuchaba reclamos de perdiz, y veía como pequeños fantasmas emplumados se deslizaban con toda facilidad por las empinadas crestas de la roca, pero no identificaba bien a sus protagonistas. Finalmente, vi que eran perdices morunas (Alectoris barbara), toda una sorpresa.











Probablemente producto de sueltas cinegéticas, tenían todo el aspecto de estar perfectamente en este medio, se movían con una elegancia hipnótica entre dunas y roca suelta.









La otra gran especie cinegética del desierto es un fantasma, el jabalí (Sus scrofa). Yo no lo vi, y debe resultarles difícil esconderse, pero lo hacen bien, y solo pude ver sus rastros.











Que puedan sobrevivir en un ambiente tan hostil demuestra a las claras su adaptabilidad.







Lo mismo que los gorriones comunes (Passer domesticus), aguantan lo que les echen.








Las currucas rabilargas (Sylvia undata), mucho más tímidas que cuando las veo en el Norte, evidente también que pueden vivir en el húmedo Norte y en el desértico Sur.















Metido ya de lleno entre dunas, aparecen los oasis.
Sospecho que en estas vaguadas se acumula, a mucha profundidad, embolsada, la poca agua que queda de las lluvias de otoño.

















Todo un paisaje sahariano en el único desierto verdadero de Europa.












Al mochuelo común (Athene noctua) me lo encontré en la cima de la duna.












Una nota de carnoso calor, las alcaparras (Capparis spinosa).











En el último tramo me dejé llevar por lo que veía, sin camino, sin destino, disfrutando de lo que me transmitían mis ojos, que era mucho. Volví al coche y a la civilización pensando que había estado en otro planeta. Muy hermoso.