jueves, 15 de enero de 2015

De escapada a Cantabria (II): Ría de Tina Menor.

Como su nombre indica, hermana menor, y más desconocida, de la ría de Tina Mayor, que separa Asturias y Cantabria en la desembocadura del río Deva-Cares.
Ésta que nos ocupa se forma unos pocos kilómetros al Este, en la desembocadura del río Nansa, y forma un pequeño estuario que más que interesante, es paradisíaco.

Las lenguas de arena que llegan hasta el mar en sucesivos meandros hacen un conjunto que se puede observar desde un pequeño mirador en la carreteruca que bordea la costa de Pechón desde el Este.
Una parada obligatoria.
https://www.google.es/maps/dir/39594+Pech%C3%B3n,+Cantabria/43.3890783,-4.4762916/@43.3882204,-4.4860491,2134m/data=!3m2!1e3!4b1!4m9!4m8!1m5!1m1!1s0xd49a205f540e77b:0x189d6bcc65f288ce!2m2!1d-4.487222!2d43.390278!1m0!3e0
Como ya sabéis, me encantan las playas virtuales, que rellena la marea y que permanecen anónimas al turismo de masa, y me puse a investigar cómo llegar a las calas que se ven en la foto. La decepción y tristeza llegaron al saber que sí se puede llegar a ellas, pero, aunque parezca que ya no vivimos en esa época aciaga, estos trozos de paraíso están reservado a los ricos. Eso sí, si disponéis de varios millones de euros, podéis comprar estas maravillosas (y privadas) vistas y playas. Yo si tuviese el dinero, lo haría, porque despertarse viendo salir el Sol sobre esta salvajada de paisaje tiene que ser de morirse...
Tenéis para escoger: o bien esta mansión: http://br.luxuryestate.com/p122653-casa-de-luxo-venda-pechon o bien esta que ya es la repera: http://www.embelezzia.com/vivienda/casa-de-lujo-en-espana-una-espectacular-mansion-sobre-la-tina-menor 
Como diría mi padre: ¡Puta miseria!


En fin, si os sirve de consuelo, unos kilómetros al Oeste, en Colombres, Asturias, podéis entrar por unos euros en una auténtica mansión, el museo de la emigración, una casa de indianos, que cautiva desde fuera y cultiva desde dentro, imprescindible para comprender la historia de la emigración a América.
Cada vez que oigo a alguien que, teniendo tiempo y salud, dice que se aburre, me pongo malo...








miércoles, 14 de enero de 2015

De escapada a Cantabria: (I): Playa de la Franca.

Os voy a poner unas fotos de una merecida escapada a Cantabria, con muy mal tiempo, empiezo con una parada en la playa de la Franca, sí, ya lo sé, NO está en Cantabria, pero paramos de camino.

A esta gran playa, una de las mayores de Asturias con marea alta, ya que es muy profunda, se llega muy fácil.
https://www.google.es/maps/dir/Gij%C3%B3n/Playa+de+la+Franca/@43.3860599,-4.5940725,4267m/data=!3m1!1e3!4m13!4m12!1m5!1m1!1s0xd367c66cbf494bf:0xbd06d207048d3536!2m2!1d-5.6611195!2d43.5322015!1m5!1m1!1s0xd4997e211a0d089:0xf5b674bab5a48340!2m2!1d-4.5770501!2d43.393112          desde la por fin completa A-8, pasando por el asturiano concejo de Ribadedeva, y recomiendo, como "playa deliciosa" que es usarla fuera de temporada turística, ya que en el fragor del verano puede ser muy agobiante encontrar aparcamiento, aunque una vez hecho esto, el paseo por la playa es muy agradable, ya que su gran superficie permite no estar oliéndole los pies al vecino, hay espacio libre.

Siendo una de las playas más coquetas de Asturias, me temo que este verano va a ser una de las más favorecidas por el fin de las obras de la autopista, así que hay que aprovechar antes que se ponga "demasiado de moda".

lunes, 12 de enero de 2015

Por fin llegó la Delaware a Gijón

Sí, en este aburrido invierno, con pocos bichos en general, se echaba de menos la clásica gaviota de Delaware (Larus delawarensis) que llega a Gijón ( a veces 2, e incluso 3 ejemplares), año tras año.















Y allí estaba, el viernes pasado, fiel a su cita. Un bonito adulto, de pico relativamente fuerte, la mancha negra en él tan ancha como el ojo, ojo claro, y borde de las terciarias muy difuso, todos factores que la diferencian bastante fácilmente de la gaviota cana, con la que podríamos confundirla.









Me pilló leyendo anillas y solo pude sacarle fotos con el móvil, con iPhonescoping, vamos, una chapuza.










Era la gaviota más nerviosa de todo el grupo que había en la desembocadura del río Piles en la Playa de San Lorenzo, y espero poder pillarla más cerca y con mejor óptica.

domingo, 11 de enero de 2015

En los alisos

Los alisos (Alnus glutinosa) del Parque fluvial del Piles de Gijón guardan un gran tesoro de aves invernantes que se alimentan de o en sus ramas y frutos, y aunque este año no hace frío suficiente para verlos en grandes números, como sucedió en otros inviernos más crudos, sí que se pueden encontrar muchos pequeños paseriformes, como el zorzal común (Turdus philomelos), que encuentra un posadero perfecto en sus ramas. Números flojos para esta especie este invierno.





Otra que hace aquí sus inviernos es la curruca capirotada (Sylvia atricapilla), bastante abundante este invierno.












Los lúganos (Carduelis spinus), que siempre nos deleitan con sus acrobacias, pasan de centenares otros años a las 4 docenas éste.










Y sin duda, los campeones, por miles, los estorninos vulgares (Sturnus vulgaris), que salen de los dormideros del Parque Isabel (me ocuparé de este maravilloso espectáculo otro día) y se dispersan por toda la campiña, con clara predilección por estos árboles.

viernes, 9 de enero de 2015

El mayor espectáculo del invierno.

Gratis y con un pase cada día, solo hay que madrugar un poco y ser silencioso.






(Si hacéis clic en las fotos, en grande, impresiona mucho más).






Acostumbrados a la sobreexposición cotidiana en nuestras variadas pantallas de supuestos espectáculos que son casi siempre pura basura, hay ocasiones en las que la naturaleza nos da una idea de lo que es de verdad sentirse sobrecogido. Uno de esos espectáculos se puede disfrutar cada mañana, entre las 8:30 y las 9 de la mañana, en el Parque Isabel de Gijón, donde hay un inmenso dormidero de estorninos pintos (Sturnus vulgaris).




Los árboles de la laguna grande están cargado de estas aves, y cuando empieza a desaparecer la oscuridad y a salir el Sol, se oye un murmullo que indica la cuenta atrás, desde la quietud absoluta hasta la estampida más brutal.








Al principio, solo unos cuantos pájaros vuelan en silencio, retornando enseguida a las ramas.











Después ya son unas decenas, y comienza el ruido.










EL RUIDO. ¿Qué se puede explicar de un ruido que te deja sordo, pero está compuesto del batir de decenas de miles de plumas? Es una sensación tan extraña como apabullante.

Si has llegado en total silencio, y has conseguido quedarte quieto justo en el epicentro de la acción, te espera algo muy especial.

Comienza con un revoloteo nervioso, acompañado del sonido de muchos picos piando a la vez.

Aumenta a un barullo tremendo en el que ya no oyes nada más que alas, sientes perfectamente el muro de sonido que se desplaza en ondas con las bandadas de cientos de estorninos, de árbol en árbol, circularmente alrededor de la laguna.








Se posan y vuelven a volar, se posan y de nuevo al aire, durante 5, 10 minutos, oleadas de barullo ensordecedor y de silencio expectante.










Hasta que, de repente, una explosión de sonido avanza imparable: todo el grupo, de miles de estorninos, sale, a la vez, en dispersión, del dormidero, y cuando digo todos es todos, en menos de un minuto no quedará ni uno.







Tú estás allí, sobrecogido, a mí se me iluminaba la cara, es algo tan enorme que es difícil explicarlo sin caer en la pedantería: es sublime, miles de alas que forman una única masa, el equivalente a un ave de más de una tonelada que alzase el vuelo, el ruido, el viento, el olor, todos tus sentidos captan la acción y te quedas parado viendo aquello y comulgas con lo extraordinario.





Durante unos segundos el cielo ennegrece con el paso de las aves, sólo ves pájaros encima tuyo. Literalmente, por todas partes.

Repito, es gratis...pero llevaros un paraguas, yo tuve mucha suerte y no impactó milagrosamente ninguno de los cientos de excrementos que cayeron alrededor mío, en todo caso, merece mucho la pena. Nadie nos convoca a estos espectáculos, no cuentan con patrocinadores, ni los políticos saben de ello. Son gratis, y para unos pocos iniciados, puedo asegurar que nadie saldrá decepcionado.




¿De cuántos estorninos estamos hablando? veamos una foto. He contado los puntos, son 690, y mi teleobjetivo cubría aproximadamente 1/12 del cielo delante mío, por lo que, tentativamente, simultaneamente, unos 8.500 pájaros, pero es que tardaron al menos 3 segundos en alcanzar el volumen total de aves en el cielo, así, que, por dar una cifra muy conservadora, aquel día volaron encima mío unos 25.000 estorninos.

¡No os lo perdáis!

jueves, 8 de enero de 2015

Por el Cabu Peñes (y III): Vistas panorámicas.

En días despejados, hay una visibilidad excepcional que permite dominar una amplia zona de Asturias y las provincias limítrofes desde el Cabu Peñes, tanto que casi no se cree tener las cumbres tan a la vista.















Con un teleobjetivo o unos prismáticos, reconocemos ya las montañas que más destacan del Macizo Occidental de los Picos de Europa, viejas amigas con la Peña Santa de Castilla, ya en territorio leonés, perfectamente localizable.

Y un poco más lejanas, la gran cumbre, Torrecerredo, con las cimas del Macizo central de los Picos de Europa.

Para que os hagáis una idea, desde Cabu Peñes hasta Torrecerredo hay 100 kilómetros de distancia, y la superficie que se abarca con la vista es aproximadamente de unos 7.000 kilómetros cuadrados.
Un aliciente más para visitar Peñes.





martes, 6 de enero de 2015

Por Cabu Peñes (II): chorlitos.

Siguiendo la anterior entrada, lo que me llamó la atención en principio, fue la gran bandada de chorlitos dorados (Pluvialis apricaria) que había en un prado.

En total, seguramente más de 100, aunque era muy difícil contarlos por el gran camuflaje que ofrecen pegados al suelo, entre la hierba.




Fue difícil también encontrar al único chorlito gris (Pluvialis squatarola) que los acompañaba.

(En el centro de la imagen).





No fue tan difícil localizar a la barnacla carinegra (Branta bernicla) que los acompañaba.

(Esquina superior izquierda).








Al contrario que la barnacla, los chorlitos se levantaron varias veces.











E incluso se fusionaron con otro bandito que llegaba de dirección opuesta, cosa que es típica, ya que vagan por un territorio muy amplio, ayer mismo en Gijón pude ver varias veces al mismo bando de una docena de individuos buscando un sitio propicio en la campiña.













lunes, 5 de enero de 2015

Por el Cabu Peñes (I): la barnacla carinegra.

Cuando un bicho se pone de moda sale en todos los blogs a la vez, y es que si algún ave está destacando en este por lo demás deprimente invierno es la barnacla carinegra (Branta bernicla).

Esta semana pude ver en total 11 barnaclas carinegras, 10 en 2 grupos sobrevolaron lentamente el observatorio de Zeluán al amanecer en año nuevo, y esta otra sedimentada varios días, en el entorno del Cabu Peñes.

Están siendo muchas las que han llegado casi simultaneamente a todo el Norte de España, esperemos que se queden todo el invierno.

Como es de esperar, la subespecie que nos visita es la nominal bernicla, siberiana.



Llevaba pateando brezales por Peñes, en busca de bichos (en general) toda la mañana, con malos resultados, y cuando ya me retiraba, los chorlitos dorados de la próxima entrada del blog me hicieron detener el coche abruptamente. Tras tomar un ramal de la carretera que me llevó ante un no del todo amable tractor, pude recomponer la situación y dar lateralmente con el grupo de chorlitos, del que como en una aparición, asomó la barnacla.




Estaba bastante lejos, pero tuve la suerte de que otro coche, supongo que con ornitólogos también, parase en perpendicular a la finca y levantase a la barnacla, que se fue a posar a unos 50 metros de mí.








En su nueva posición ya pude disfrutar durante casi media hora, desde el coche, de las evoluciones de la barnacla y de los chorlitos.













Muy cautelosa y tímida, se volvía ante cualquier ruido fuerte, y aunque no volvió a volar, parecía muy prudente.

A ver si vence su timidez y se deja ver a mejores distancias, a mí, me valió con verla aunque fuese un poco lejos e improvisado.

sábado, 3 de enero de 2015

Milagritos de nochevieja en el Pantano de San Andrés

Pues sí, después de una mañana de nochevieja totalmente dedicada a ver aves de las que me gustan, me pasé por el pantano de San Andrés, preparado para sufrir, porque a este enclave al que iba mucho hace años, y que siempre daba grandes alegrías, el incivismo, la contaminación, el abuso y sobre todo la desidia de las autoridades lo vienen sumiendo las últimas temporadas en un espacio natural echado a perder.


Sin embargo, este día estaba casi casi tan lleno de vida como en inviernos lejanos, y además sucedió una cosa muy curiosa, ya que nada más plantar el telescopio, llegó un cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y se subió a la orilla desde el agua justo donde yo estaba.









Pensé que estaría despistado y que en cuanto me viese huirá despavorido, pero me echó un vistazo de medio lado y allí siguió durante la hora que estuve viendo bichos. Al parecer captó la realidad: que no tenía intención ninguna de molestarlo, y así, respetándonos el uno al otro, pude hacerle, a unos 6 metros de distancia, todas las fotos del mundo, sin que en ningún momento la situación causase ningún problema.







Me sentí como en las islas Galápagos, y me dio tiempo para pensar mucho en lo poco que respetamos el silencio y la confianza mutua, y no solamente con los animales, y lo bien que nos iría a todos con otro talante.








Cuando marché, en silencio, aún seguía allí, impacto cero, es lo ideal.













El otro milagrito fue que el pantano, especialmente sus orillas norte y oeste, estaban llenas de vida, como en los viejos tiempos.
Había casi 50 fochas comunes, muchos ánades azulones, garcetas comunes, y el ánsar piquicorto (Anser brachyrynchus) que lleva una temporada por aquí.











Muchos patos, había algunos silbones europeos (Anas penelope)...











...ánades frisos (Anas strepera)...










...más de una docena de cucharas europeos (Anas clypeata)...










...y hasta un porrón moñudo (Aythya fuligula), que tan pocos se ven últimamente.











Bastantes garzas reales (Ardea cinerea).














Un somormujo lavanco (Podiceps cristatus)...










...4 zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis), y un zampullín cuellinegro que no paraba de calarse.











Incluso llegó un pequeño bandito de avefrías (Vanellus vanellus).


En general, nada del otro mundo en los estándares de hace unos años, pero que hoy por hoy, en este pobre pantano es un muy buen resultado, que puso el colofón a un año que se iba, lleno de sorpresas.