viernes, 17 de enero de 2014

Por el Arbeyal (y III): Serreta mediana macho.

La serreta mediana (Mergus serrator) es otra habitual de la playa del Arbeyal en época invernal (perdón por la triple rima, salió sola).













Aunque este invierno Miguel capturó magistralmente a  un precioso ejemplar macho, la gran mayoría de los ejemplares que yo tengo vistos aquí son hembras.







 

En el Musel pudimos ver volando muy brevemente y muy lejos a un supuesto macho, pero el ejemplar se fue a toda velocidad. Al acudir al Arbeyal relocalizamos muy lejos a este ejemplar, creo que el mismo, que tras el procesado de las fotos me pareció extraño para una hembra: consultado César Álvarez Laó, me comenta no solo que efectivamente, como sospechaba, es un macho joven, si no que, además se vio muy probablemente a este ejemplar hace unas semanas en Zeluán...¡Bingo! Os dejo el enlace.

jueves, 16 de enero de 2014

Por el Arbeyal (II): Zampullines cuellinegros.

Pues también vimos 4 zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), deambulando por toda la ensenada, a su estilo: unos segundos sobre el agua, y unos minutos por debajo.









Lo que hace muy complicado el proceso de seguimiento, y te vuelve un poco loco si los buscas con el telescopio.










A prismáticos y teleobjetivo, la cosa se simplifica en teoría, porque además se mueven constantemente y les cuesta darte el perfil bueno.











Porque lo que todos esperamos es llegar a ver esos ojos sanguinolentos.










Sobre todo si se acercan tanto como estos: yo si no les veo los ojos rojo sangre, es que no están a suficiente distancia para hacer una foto curiosa, y estos a la vista está que se acercaron bastante.










Pero con bichos tan guapos, nunca es suficiente: seguiremos tentando a la suerte otro día.

martes, 14 de enero de 2014

Por el Arbeyal (I): Araos comunes, vivos y muertos.

Están entrando un poco por todas partes álcidos a los puertos y ensenadas de todo el litoral Norte, y en Gijón uno de los mejores sitios, que habitualmente no falla, es la playa del Arbeyal y aledaños.
Este domingo mi hijo cantó con gran satisfacción la presencia de un arao común (Uria aalge) moviéndose a toda velocidad a una distancia muy cercana de nuestra posición.





Creo que es un 1er invierno, postura típica, con puntas de las alas hacia arriba y cabeza semisumergida, buscando la manduca.










No debía haber nada interesante porque fue saliendo de la ensenada sin haber pescado nada, luego fuera sí tuvo mucho más éxito.









Un bicho precioso y que es mucho más escaso en paso e invernada que su prima el alca.









 

Por desgracia, el día anterior César Fernández nos dio el aviso de la presencia de un cadáver de arao, casi seguro se trata de un ejemplar que llevaba unos cuantos días refugiado en la bahía, con todo el aspecto de estar enfermo, y finalmente se quedó para siempre con nosotros, es algo normal que los ejemplares viejos, heridos, enfermos, o agotados, vengan a morir a la costa. Lástima, prefiero verlos bien vivos.

domingo, 12 de enero de 2014

Delaware, cana y otras gaviotas en Bañugues

Me pasé el sábado por la playa de Bañugues, territorio del amigo Pin, a probar un poco el iphonescoping, que os relataré en entrada aparte, porque da para mucho debate, y para ver si veía alguna gaviota blanca, que aún no me ha estrenado este invierno.
Las blancas no aparecieron, aunque para compensar, si había, dentro del escaso bando de gaviotas, una bonita gaviota de Delaware (Larus delawarensis) de 1er invierno.


Llegó del mar, y no tocó la arena en el tiempo que anduve por allí.









Para gran suerte mía, también había una gaviota cana (Larus canus) de la misma edad, lo que es una maravilla para poder hacer el ojo a la comparación entre especies bastante similares.








Son diferencias sutiles, pero cuando llevas muchas gaviotas vistas de estas 2 especies, ya salta a la vista la diferencia en patrón de plumaje, tonos de color, tamaño del pico, y sobre todo, porte del animal.









Y, para quitarme el mal sabor de boca de las gaviotas boreales, me encontré con una guapísima gaviota argentea (Larus argentatus), adulta, que no es que sean ninguna rareza por esta época, pero siempre son agradables de ver.










Un par de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus).

Y no me olvido a la docenita abundante de gaviotas sombrías y patiamarillas (Larus fuscus / michahellis) que pululaban entre las demás gaviotas y que veríais en las fotos anteriores.

Por cierto, ni una anilla, vaya.

viernes, 10 de enero de 2014

Colocando cajas nido por el Parque Fluvial del Piles

Hace más o menos un mes nos reunimos unos cuantos amigos, grandes y pequeños, para colocar 25 cajas nido para los paxarinos del Parque Fluvial del río Piles, en Gijón.














La idea venía gestándose desde meses atrás, pero la desidia habitual de los estamentos oficiales y la burocracia fueron retrasando el proyecto, llegando a hacerme pensar si dejarlo y ponerlos en otro lugar, ya que hablando en plata, desde el Ayuntamiento pasaron bastante de nosotros.








Era la 1ª acción coordinada desde la recién creada sección gijonesa de MAVEA, y me hacía mucha ilusión, así que compañeros más acostumbrados que yo a la inoperancia municipal me convencieron de seguir adelante a pesar de no tener un triste papel oficial que nos diese permiso para realizar la acción (los permisos empezaron a llegar unas 3 semanas después, en fin, así va el país)…







Pues fue todo un éxito, el tiempo nos respetó, hubo una participación voluntariosa y de muy buen rollo, y con la excusa de los nidales acabamos juntándonos a tomar unas cañas varios amigos, que sin ser de MAVEA, de una manera u otra nos conocíamos pero no nos habíamos juntado todos nunca alrededor de una mesa, y enseguida brotaron las anécdotas y las risas, señal de lo bien que lo pasamos.





Y sobre todo me prestó mucho porque fueron bastantes los niños que nos acompañaron, aprendieron cosas sobre las aves (gracias, Yoli), y se interesaron por el proceso de ayudar a un ave silvestre a ponérselo más fácil a la hora de construirse un buen nido.







Los críos se lo pasaron bomba, bajaron al río a tirar piedras, y a mí casi se me escapa una lagrimina porque si el río, en todas las culturas, siempre se identificó con el proceso vital, “el río de la vida”, en el que unas generaciones suceden a las anteriores, en este caso, veía a los neños tirar piedras al agua y entretenerse sin falta de tanta tablet y tanta chorrada electrónica, y me veía  a mí mismo hace 40 años, y a los adultos que nos acompañaban por entonces, alguno de los cuales ya no está, pero estaría orgulloso de ver que 2 generaciones después, nada cambia.






Vale, cierro el serial lacrimógeno y vuelvo a la realidad: se colocaron los nidos sin medios cruentos para los árboles, con escalera, cordel fuerte, y colgando de ramas potentes, sin tener que clavar a la madera, aunque no es un método al 100% eficaz, pues se pierde algún nido, como este de la foto, cuando hay como estos días, vendavales, merece la pena porque no se introducen patógenos por la hendidura al árbol, y al no estar pegado al tronco, si no colgando, los depredadores de nidos lo llevan bastante crudo. Los pusimos a una altura media, suficientemente altos para que los humanos curiosos no puedan molestarlos o retirarlos, pero no tan altos que no permitan al público interesado ver a los pájaros entrar a cebar a los nidos.

Hay que decir que ya pasé 2 veces a controlar y georreferenciarlos, y salvo 1, el resto permanece en su sitio, y también que cuando los paseantes del parque me ven tomar notas y sacarles foto, me preguntan mucho por los nidos, me felicitan por nuestra acción, y me comentan que es una pena que no haya más cajas nido en otros parques, lo que dice mucho respecto de la escasa o nula visión que tienen nuestras administraciones locales, que se gastan millones de euros en la compra y cuidado de plantitas ornamentales, muy monas, hay que reconocerlo, pero que nadie echa en falta, y luego ni se plantean el gastarse una minucia en poner y mantener nidos artificiales, que apenas cuesta mantener y que son una delicia asegurada de entretenimiento y belleza en movimiento para los usuarios del parque, y eso sin entrar a hablar de los beneficios medioambientales, de las toneladas de mosquitos que retiran de las ciudades y blabla que no sigo que me embalo…
 
Pues nada, sin más, os dejo con algunas fotos de la puesta en marcha de este proyecto, y claro, agradecer a los participantes su respeto y confianza en mi alocada manera de organizar las cosas, y citarlos de nuevo para cuando toque revisar y limpiar los nidos para la temporada que viene: ¡Mil gracias a todos!











Los participantes adultos fueron: Mireya, Fernando, Laura, Marta, César, Xuanín, Ángel, David, Laure, Yoli, Tamara y Juancho.






 

Y los pequeños, de talla, pero no de ganas y corazón: Pablín, Germán, Víctor, Davicín, Alba, Silvia, Darío y Maya, ¡menuda tropa!

jueves, 9 de enero de 2014

Los comedores de alisos (y II): Lúganos.

Los lúganos (Carduelis spinus) sí que son espectaculares cuando van en bandos grandes cosechando semillas de aliso (Alnus glutinosa), el problema es que este año solo he visto banditos de un máximo, cada uno, de 10 ejemplares, y así la cosa merma.












Les da igual cabeza abajo que cabeza arriba, cuando se ponen no paran, se chocan entre ellos y emiten un murmullo que en bandos de 100 ejemplares como los que se ven en el Parque Fluvial de Gijón en inviernos buenos, suena como un arrullo, que a 1ª hora de la mañana, y con una buena helada, es una sensación mágica.







Lo que no es tan mágico es que suelen establecer sus cuchipandas en lo alto del árbol, se cruzan muchas ramas delante de la cámara, y la sombra obliga a sobreexponer al máximo la foto, y la calidad de la toma se resiente, pero no tanto como se resienten las cervicales, tengo salido mareado como un mono sin darme apenas cuenta después de intentar seguirlos unos minutos, es realmente doloroso, pero...¿quién dijo que esto era fácil?

miércoles, 8 de enero de 2014

Los comedores de alisos (I): Jilgueros.

Como cada año desde hace 40 voy al Prau de los Soldaos / La Coría (AKA Parque Fluvial del Piles de Gijón) a comprobar la algarabía invernal en torno a los enormes alisos (Alnus glutinosa) que en este tramo del río Piles medran y producen abundantes frutos.











Este año, por desgracia, no están abundando los pájaros que otros inviernos más fríos aborrotaban ramas y praos de este parque, antigua pradería de diente, y aunque no cuesta encontrarlos cuando uno sabe de sobra dónde buscarlos, da pena no ver los bandos de centenares de aves de otros años.








Empiezo con los jilgueros (Carduelis carduelis), muy activo y acrobático siempre, pero en estos casos, aún más.












Abren los frutos con gran habilidad (solo hay que ver esos picos para saber lo adaptados que están a la dieta de semillas), y se alimentan a un ritmo frenético. El que haya tenido semillas de aliso en la mano, se hará a la idea de las miles que hay que comer para poder alimentar un metabolismo tan alto, se necesitarán cientos cada día, porque son realmente se un tamaño ínfimo.






Solo pude ver pequeños banditos entre los lúganos, lo que indica la invernada tan floja este año, ya que lo normal es verlos, en estos árboles tan bien dotados, por decenas.








Pues nada, un año más disfrutando de un buen rato de observación, los jilgueros suelen comer más bajos que los lúganos y no obligan a las dolorosas contorsiones de cuello que causan los protagonistas de la siguiente entrada.

lunes, 6 de enero de 2014

Regalo de Reyes por anticipado: ¡ 18 anillas !, lo hemos vuelto a hacer.

Pues sí, la víspera de Reyes, mientras los Reyes Magos aterrizaban en Helicóptero en la Playa de San Lorenzo de Gijón, César Fernández y yo estábamos leyendo anillas como locos en la misma playa, con una diferencia de minutos. Totalizamos 18 anillas, algunas las vimos los 2, otras solo uno de los 2, lo que dice bien a las claras lo caprichoso que es este arte.
Os pongo lo que encontramos, que no estuvo nada mal, no voy a entrar en detalles, que tengo que ir temprano pa la cama que me van a pillar sus Majestades de Oriente y me quedo sin regalinos ;-)

Sobre todo, gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus), siguen en cantidad y variedad, y espléndidamente anilladas, casi una de cada 4 viene con "premio".
Francesas, 3. R28E.











RH36














RK04










Polacas, una: PNN3.












Belgas, 6: 3H87. Por cierto, fijaos, la pobre lo petroleada que está. ¡Ay! Estas cosas duelen de ver.









E080












E808

















E653













3L93













32L1

















Y 5 alemanas, una pasada, se van a alegrar mucho sus anilladores: AKHH.













AKEY













AHTL









AEZA













AHHN











También alemana, pero esta vez es una gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), sigue con nosotros un mes más X5A7.








Y 2 gaviotas sombrías (Larus fuscus), las 2 ya archiconocidas, son la galesa VI, de la reserva de Skomer, respondida por el gran Chris Perrins.











M+A, inglesa, de Peter Rock. Vista unos minutos más tarde en el Parque Isabel.










Bueno, como veis no nos falta distracción a los gavioteros gijoneses. ¡Qué siga la racha! Aunque hay malas noticias al respecto: ¡Se acaban las vacaciones! Argggggh.