sábado, 19 de mayo de 2012

De La Pereda a Peñamiel: los bichos.

Además del paisaje, en la ruta que os puse en la última entrada encontré algunos animalillos interesantes.

Me llamaron la atención sobre todo los reptiles y anfibios, como este lución (Anguis fragilis), que pasó a toda mecha al lado nuestro.









Algunos sapos (Bufo bufo), y en los charcos, incluso los más pequeños y embarrados, tritones palmeados (Triturus helveticus).


























Encontramos esta salamandra (Salamandra salamandra). Desconozco si el color es normal o si se trata de una variedad melánica. Las subespecies son muy liosas y cambiantes, no me voy a meter en líos.







Por todo el camino, espineras (Crataegus monogyna). Quien no se haya puesto en mayo debajo de una en flor, a oler el aire, aún no sabe de qué va la vida. Gloria pura.









De mamíferos, unos cuantos gatonos, y donde hay gatos...pues aparecen sus presas, como este musgaño de Cabrera (Neomys anomalus), el cual pude distinguir de su primo el patiblanco por su menor tamaño, el vientre blanco puro y la falta de pelo blanco tras las orejas.









Multitud de flores, entre ellas una de mis favoritas, la aguileña (Aquilegia vulgaris), preciosa tanto por encima...









...como por debajo.











De aves, poca cosa, porque era mediodía, y además iba con una parejina muy charlatana y chillona...pero algo se vio a lo lejos. En los praos, una lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).










Y abundantísimos verdecillos (Serinus serinus).













Los bosques, ya con hojas, imposibilitan sacar a los que habitan entre las ramas, como el mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus), muy abundantes y cantarines.






Mucho menos abundantes, pero más interesantes, porque son muy pocas las parejas que crían en Asturias, los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus).

Si este bicho es un musical, es la 1ª vez que los veo criar.

Al lado de la espinera donde reclamaba, colgada de una peña de caliza, había una pequeña colonia de avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) y más nidos de papamoscas gris (Muscicapa striata).




Y mucho más accesible, un nido de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).Los pollos piaban pensando que les traía la comida, y en cuanto se dieron cuenta del error, callaron por la vía rápida.













Por encima de la peña, los buitres leonados (Gyps fulvus).













Al borde del camino, un yunque para cazar y desconchar caracoles. Aunque el musgaño gusta de utilizarlos, mi sospecha va hacia el zorzal común (Turdus philomelos).


















El pueblo de Lloreo tiene muy bien puesto el nombre, porque abundaban los laureles (Laurus nobilis), algunos de ellos, los más grandes que recuerdo. Fijaos que lo que tiene el laurel (oscuro) a la izquierda, es todo un Sr. castaño (Castanea sativa). A ver quién es aquí un arbusto...








Pues nada, termino con otra flor tan preciosa como letal: digital (Digitalis purpurea).

Como veis, hasta en un humilde paseo se ven muchas cosa interesantes.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Senderismo fácil: La Pereda y Lloredo: túneles y mucho más (I)

Después de haber recorrido de joven algunas de las rutas más salvajes y verticales de la alta montaña asturiana, la vida, el sedentarismo de mis amigos y el nacimiento de mi hijo me hicieron pasar a una rutas de media montaña mucho más sencillas.
Ahora mi pandilla está cargada de niños, y ciertos acontecimientos en mi propia casa hacen que busque rutas aún más llanas, cortas y sencillas, por las que pueda pasar un carrito de bebés y una jauría de críos sin peligro.

Este domingo salimos de La Pereda, en Mieres, a realizar una ruta que transcurre por la caja del antiguo tren minero que paraba en Lloredo y mucho más allá, pero que hoy en día llega hasta unos 4 kilómetros monte arriba.

Y no me decepcionó en absoluto. Mañana os pondré la fauna y flora que por allí nos encontramos, inesperádamente maravillosa, hoy os pongo algunos detalles del paisaje.

Esta ruta está llena de túneles, algunos oscuros como la boca de un lobo, tanto que teníamos que iluminarnos con el flash de mi cámara. Como a mí me encanta la oscuridad (curioso, porque de niño me aterraba), me apasionó caminar en completa pérdida de referencias visuales y sonoras. Toda una experiencia, y a mi hijo le encantó también. ¿Hay algo mejor que ver la luz a la salida de un túnel?












Pues sí que lo hay, vaya si lo hay...









Os pongo un mapa de lo que caminamos, unos 8 kilómetros preciosos, y como veis por los trazos que faltan, muchos de ellos, bajo tierra, toda una experiencia.

(En grande veréis la traza del GPS).








A golpe de flash fuimos quemando túneles.













A mitad de camino, el maravilloso pueblo de Lloreo, con un hórreo y un aula didáctica, en plena ladera, marcando dónde pasaba (increíblemente) el tren hasta hace relativamente poco.
Y con una vista preciosa (ver última foto).







Cerca de allí hicimos unos amiguinos.











Y fuimos dejando atrás la civilizada vida de los pueblos y del precioso paisaje (que sin saberlo) disfrutan sus habitantes.









Para encaminarnos al limbo: a la mezcla extraña y asonante que en buena parte de la geografía de las Cuencas Mineras asturianas forman un pasado lleno de gente y de heridas y un futuro de vacío humano y de naturaleza reclamando lo que siempre fue suyo.
Ojalá una cosa no excluyese a la otra, pero parece que hay que excluir al ser humano de la ecuación para que todo sea verdor y espíritu.





Cuando lo macro es horrible, siempre nos queda hacernos pequeños y refugiarnos en lo micro, yo lo hago casi a diario. Por ahora funciona y aplaca el dolor.









Pues nada, si disponéis de 3 horas para caminar dulcemente y sin peligros, no hay excusa: La Pereda, Mieres, no tiene pérdida, y si os cansáis, siempre podéis no acabar la ruta y quedaros, filosofando, a medio camino, en Lloreo. El paisaje da para pensar mucho, según miréis a izquierda, al medio, o a derecha...

La próxima entrada, las cosas vivas (muchas) y muertas (alguna) que vi.

martes, 15 de mayo de 2012

Lo pasé pipa el sábado en Zeluán

Mientras decido si nos vamos de vacaciones este verano, porque sería en julio, y todos los gurús que consulto predicen que para San Fermín estaremos fuera del euro, intervenidos y posiblemente con el gobierno dimitido (y sería de pánico estar de vacaciones en esas condiciones), os pongo lo que vi el sábado en Zeluán.
Había ido a ayudar a los chicos de MAVEA a enseñar las maravillas que por aquí paran en migración, y me gustó mucho enseñarle a gente que no sabía nada de aves lo guapas que son y lo bien que lo pasamos con estas aves en los observatorios.
Especialmente guapo fue trabajar con críos, en especial cuando les contagias la emoción de disfrutar de la llegada repentina de un buen contingente de valientes aves.
Y todo con buen rollo, entre amigos, y hasta con entrevista de la Nueva España...

Os pongo un poco lo que vimos:
.Lo más abundante, los correlimos comunes (Calidris alpina), pasaban de largo de los 100.
Acompañados de decenas de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), y de unos 10 correlimos tridáctilos (Calidris alba). De estos últimos, si ampliáis la foto, veréis que los había en plumaje veraniego y en plumaje de invierno. Había también 4 al menos correlimos zarapitines (Calidris ferruginea), aunque no fotografié ninguno.

Aunque lo que más destacaba eran las espátulas (Platalea leucorodia), que al principio parecían de escayola, inmóviles (y majestuosas)...








...y más tarde empezaron a comer.








Había también un cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), haciendo honor a su nombre.











Volviendo al tema limícolas, un buen puñado de zarapitos trinadores (Numenius phaeopus).












Y unas pocas agujas colipintas (Limosa lapponica).












En esta foto juntamos de mayor a menor abundancia al archibebe común (Tringa totanus), al chorlito gris (Pluvialis squatarola), y al andarríos chico (Actitis hypoleucos).





Y este payasito es uno de los 2 vuelvepiedras (Arenaria interpres) que se dejaron ver.








Había una garceta común (Egretta garzetta), otra real (Ardea cinerea), y un somormujo lavanco (Podiceps cristatus), todos lejos de mi cámara.
De gaviotas, no mucho. Pensé que esta sería una cáspica, pero era una patiamarilla (Larus michahellis) con algunos rasgos "pónticos" nada más.





Alguna sombría (Larus fuscus), de ellas esta con el plumaje masacrado a nivel de coberteras.









Y pasaron varias gaviotas, cabecinegras (Larus melanocephalus) y reidoras (Chroicocephalus ridibundus).









En definitiva, una mañana de sábado muy bien aprovechada. La del domingo también fue espléndida, os la explico mañana...

sábado, 12 de mayo de 2012

Correlimos de Temminck (Calidris temminckii) en Zeluán

(Y mañana os pongo el resto de la crónica de Zeluán, que fue mucho lo disfrutado).
Pues eso, hoy, el correlimos de Temminck (Calidris temminckii).
Es el primero que veo, y fue una ocasión muy especial.














Por 2 razones: la 1ª, porque me lo encontré mientras le enseñaba los archibebes comunes (Tringa totanus) de la foto de arriba a unos visitantes de la jornada de aves migratorias que MAVEA celebrábamos en el observatorio de Zeluán.
(En esta otra foto está con unos correlimos comunes (Calidris alpina)).

Y pudieron ser partícipes de la alegría que ocasionó a los que estábamos en el observatorio, que dábamos botes siguiendo las andanzas de este escurridizo correlimos nórdico.







La 2ª razón es que normalmente esperas a llegar a casa para poder comprobar si la rareza es lo que tú te imaginas, por no meter la pata, pero es que estaba nada menos que Daniel López Velasco con nosotros, y al instante "homologó" al bichejo con su experiencia, ¡así da gusto!




Pues nada, aquí lo tenéis, nos lo pasamos bomba, aún estáis a tiempo de pasaros mañana por Zeluán, donde siguen las jornadas, se aprende mucho, hay buen ambiente, y pasará la prensa a dar testimonio de la importancia que está adquiriendo la ría de Avilés como lugar de paso migratorio.

Y mañana, el resto de la crónica, que es también muy jugosa.

viernes, 11 de mayo de 2012

Una breve entrada de galápagos y basura

Hola, esta semana fue de traca y me voy rapidito a la cama.
Os pongo una minientrada con una foto que mi amiga del curro, Carlota, me mandó amablemente, a ella se la mandó un colega del País Valenciano.
A quien piense que la basura en el mar y en los ríos no tiene consecuencias, que eche un vistazo a esta foto y se lo piense 2 veces antes de tirar porquería al agua.
Ya sabéis por esta entrada antigua que los galápagos de Florida (Trachemys scripta) no son santo de mi devoción, pero ningún bicho merece una vida así.

Pues nada, ¡gracias, Carlota!

jueves, 10 de mayo de 2012

Zeluán el domingo: seguimos a la espera

Del paso "grande". Por ahora, retazos. Los que os pongo.

Lo más prestoso, la aparición de 2 correlimos zarapitines (Calidris ferruginea), uno con este plumaje de aquí, nupcial. Cuando se le desgasten un poco las plumas y solo queden las rojas de debajo, estará espectacular. A mí ya me vale así.
El que está detrás, es un correlimos común (Calidris alpina), puede que de la subespecie nominal, muy norteña, por su pico largo y la mancha ventral muy oscura.
Fuera del plumaje nupcial, que no se parece en nada, estas 2 especies se parecen mucho, como veis, el zarapitín tiene el pico más largo y recurvado, las patas más largas, es mínimamente mayor, y tiene un aspecto más estilizado. Pero digo por experiencia que en sus plumajes de invierno, muy grisáceos, se suda tinta para distinguirlos.

El otro correlimos zarapitín que vi era juvenil, un plumaje muy diferente a su vez, pero me fue imposible registrarlo con la cámara. Este es el mismo, con más comunes.

De los comunes, más de unos 50, para mi criterio, la mayoría, de la subespecie schinzii, centroeuropea y muy amenazada, lo que convierte este paso de Zeluán en muy importante para la subespecie.
Schinzii: picos cortos, plumaje menos brillante en el dorso, y sobre todo, mancha ventral pequeña, incompleta y difusa.





Solo un par de correlimos tridáctilos (Calidris alba).











Algún andarríos chico (Actitis hypoleucos), algún archibebe común (Tringa totanus), y un puñado de zarapitos trinadores (Numenius phaeopus).









De los charadridae, otro puñadete de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).












Y apenas chorlitos grises (Pluvialis squatarola), alguno ya bastante guapo.













Por lo demás, poca cosa, gaviotas escasas y a mucha distancia, excepto este gavión atlántico de 2º invierno (Larus marinus). Si no me equivoco, el pobre lleva un sedal en el plumaje.










Y una guapa garza real (Ardea cinerea), entre varias garcetas comunes (Egretta gerzetta).