Empezó la Charca de D. Alfredo Noval siendo un proyecto realmente ilusionante, que nos reunía a los ornitólogos gijoneses, cada vez más sorprendidos del recibimiento que le hacían las aves a este espacio natural, un poco improvisado, pero que lo tenía todo para ser casi perfecto: su localización, al lado del río Piles, y de camino a la costa gijonesa, y a un minuto de vuelo del parque Isabel, su cobertura de vegetación, variada, con partes con espadañas, partes con carrizo, partes con aliso, y partes con vegetación sumergida, las diferentes profundidades que permitían el acceso al alimento a las más variadas aves...una maravilla por la que pasaban al año hasta 115 especies de aves y más de 15 de odonatos. Así era de guapa esta maravilla.
En la colina desde la que está hecha esta foto, resultado del vaciamiento de la explanada, se iban a colocar bancos y un área recreativa para los paseantes, y a lo largo del perímetro de la charca, observatorios para la fauna, había un montón de proyectos.
Pero llegaron 2 cosas a la vez: lo 1º, una riada, en junio de 2.010, que arrasó media Asturias excepto Gijón, y esto fue gracias a esta laguna, que hizo de aliviadero natural en aquel momento. Nadie lo agradeció.
Muy al contrario, no se retiraron las miles de toneladas de sedimento que quedaron en la charca, y que taparon la mayoría de la vegetación acuática, y que homogeneizó la profundidad a poco menos de un palmo de agua.
Ya no había tanta variedad de aves, y la cantidad también se resintió.
Lo 2º, que fue lo peor, fue la crisis: de dinero y de ideas. Se aparcaron todos los proyectos para la laguna, y a día de hoy sigue siendo un espacio desconocido para los gijoneses, los caminos están llenos de maleza, intransitables, la señalización y la mesa de observación que se puso en su cabecera ya solo dan vistas a una maraña de arbustos, y la colina que iba a ser un excelente punto de descanso para las familias ahora es un terreno agreste y duro para la vista.
Todo esto se lo conté personalmente a la Sra. Consejera del ramo en su despacho, le entregué un dossier donde se explicaban problemas y soluciones para volver a poner en valor un proyecto que fue caro y que se pagó de nuestros impuestos, y se estaba echando a perder, algunas tan sencillas como dejar entrar más agua a la charca en invierno para que se volviese a encharcar y muriesen las plantas oportunistas que habían desecado sus superficie, pero Dña. Fina hizo lo mismo que casi todos los cargos políticos que he tenido la desgracia de conocer: ni una mala palabra, ni un buen gesto, reconoció que ni siquiera conocía la existencia de este espacio natural ¿¡?! y me despachó en un pispas.
Hace poco volví a pasarme por allí, y todo era desolación y cutrerío, lo podéis comprobar en esta foto, y compararla con la anterior: el cambio ha sido rápido, y a mucho peor.
Como podéis ver, han desaparecido la superficie inundable, que no cubre ni un palmo, y la vegetación acuática asociada, los alisos han crecido incontroladamente al desecarse el substrato, y la vegetación arbustiva está tan alta que ni es transitable para la fauna, ni visible para el público desde las orillas.
Un desastre, para el que no hay excusa: el diseño original era perfecto, se ejecutó muy bien, pero había que mantenerlo también, y tenerlo previsto, en mano de obra y en gasto corriente, si no, es pura idiotez: nadie inaugura una obra pública si no es para que dure y perdure su función, todo lo demás es desidia.
Esta charca en su día salvó a Gijón de daños millonarios por la inundación, pocos lo comprenden, pero cuando vuelvan a caer las lluvias, esta charca ya no estará en condiciones de volver a hacerlo, y entonces lo lamentaremos, en costes económicos y quizás en vidas humanas.
En todo caso, lo que más me fastidia es que en su momento pedimos, desde el grupo MAVEA, protección y un poco de seriedad hacia este espacio, y se nos advirtió que desde la Consejería se daban con un canto en los dientes si conseguían malamente mantener los espacios ya declarados, y que no había ninguna intención de declarar o proteger espacios nuevos, y efectivamente, es lo que (mal) hicieron, porque esta laguna pasó de su nacimiento a su muerte en menos de una década, cuando si se hubiese hecho "algo" (lo que sea) por ella, estaríamos hablando de una de las mejores, sino la mejor, zona húmeda interior de Asturias.
Pues nada, dediquémonos a sobrevivir, que es lo que hacía esta hembra de Sympetrum fonscolombii, el único ser vivo medianamente interesante que vi en mi última visita. Lo que queda de un sueño que duró bien poco.
Un brindis por el paraíso natural y sus defensores, como decían en su última y supongo millonaria campaña.
Defendámomos de los defensores. Ya mismo.
Buena observación; "crisis de dinero pero también de ideas..." A eso se llama desidia. ¡Animo!
ResponderEliminarDesde la administración, siempre se hicieron als cosas de mala gana, pero ahora con la excusa de la crisis lo tienen fácil para no mover un dedo y dormir tranquilamente la siesta en el despacho.
EliminarDesgraciadamente sería necesaria una buena inundación para que cambiasen el paso y no lo harían por la naturaleza. Saludos
ResponderEliminarPues la naturaleza es terca, y llegará la inundación, pero los daños se achacarán a la mala suerte, y al pobre técnico medio de turno.
EliminarCreo que estamos de acuerdo en poner con mayúsculas..DESIDIA....en todo.
ResponderEliminarPues sí, parece que a algunas cosas corren aunque sea para gastar (ejem) 350.000.000 de euros para tener que tirarla al final, y para estas cosas, ni un céntimo. Con un par.
EliminarPasé por el lugar hace un mes, para conocerlo. Tuve que subir de mala manera a la colina para tener una vista decente de todo el conjunto, pues desde los caminos adyacentes apenas se puede ver nada. Durante el tiempo que permanecí allí, mucha tranquilidad pero muy pocos signos de vida.
ResponderEliminarSaludos.
Ahora es una sombra de lo que antes había, es tristísimo.
EliminarUna pena, con lo poco que costaria mantener un humedal y la vida que da!!
ResponderEliminarSaludos camperos!
El coste, en su día, hubiese sido casi 0, ahora sería una inversión millonaria, suele pasar, ay qué país.
EliminarDe forma natural el destino a medio plazo de toda la zona es una aliseda, encharcable con fuertes lluvias o crecidas del Piles. A muy largo plazo debería ser un bosque mixto fresco con fresnos, arces, alisos, sauces, etc. Eso por si mismo no es negativo, es la evolución normal de un espacio artificialmente deprimido dentro de la llanura aluvial de un río. Si se trata de tener un aliviadero de crecidas con una función ecológica secundaria, habría que dragarlo periódicamente y eliminar los alisos. Sería un tratamiento de por vida y relativamente agresivo para la avifauna. Para que la laguna se mantuviese de forma "estable" sin intervención debería tener una mínima profundidad (evitar crecimiento de árboles en la lámina) y estar desconectada del flujo del Piles (evitar colmatación), incluso en época de crecidas. Todo es posible, depende de los objetivos (protección anticrecidas, espacio natural, ambas), la pasta que se quieran gastar, y del impacto ecológico y social de los dragados (¿habría protestas ecologistas?).
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