martes, 31 de diciembre de 2019

De La Franca a Cuevas Coloradas: Un tramo de costa único en Ribadedeva.

Junto a los amigos de MAVEA, seguimos una ruta costera, aprovechando las mareonas bajas de finales de septiembre, que además de instructiva fue fantástica en cuanto a descubrir nuevo y mágicos paisajes.

 
Saliendo de la playa de Franca, ocupada de bañistas de manera masiva, fuimos pasando primero por la Cala del Oso, la rocosa playa del Vivero y finalmente llegamos a Mendía. De allí a Cuevas Coloradas, ya estábamos alucinados por las playas virtuales que estábamos viendo, y que desaparecerían en cuanto subiese la marea.




No recomiendo adentrarse en tan placentera aventura nada más que con grandes mareas bajas, y habiéndose informado mucho antes sobre los horarios, ya que, aunque el paseo en sí es fácil para cualquiera con condiciones físicas normales, en caso de pillarnos la marea alta, la situación puede ser fatídica, ya que hay un par de pasos muy cerrados y sin opciones de escape.











Dicho esto, ya en Mendía / Bendía (lo he visto escrito de las dos maneras), tenemos a la vista una de las mejores playas desiertas de Asturias, enormes en marea baja y solo para nosotros.
Con la Punta Cebollera cerrando este anfiteatro, Mendía es sin duda un placer para los sentidos.

Y llegamos al final, a Cuevas Coloradas, donde pudimos explicar la gran diversidad geológica y paisajística de este tramo final.


Dada la imposibilidad de subir por los acantilados de Cebollera sin conocimientos de alpinismo, y dada su peligrosidad, optamos por lo más prudente, que es echar unas cuantas fotos, aspirar el aire cargado de libertad, y encaminarnos de nuevo hacia La Franca. Fue grandiosa esta excursión.

domingo, 29 de diciembre de 2019

3 playas bien diferentes en Llanes: las 3 deliciosas y cargadas de aves.

En septiembre, ya sin tanto turista en las playas de Llanes, es un momento perfecto para disfrutar de uno de los tramos más deliciosos de la costa asturiana, de Vidiago a Buelna, pasando por Pendueles.








Salimos desde la playa de Buelna bien temprano. Esta playa, que es pequeña, tiene tantos alicientes que parece mucho mayor. Sobre todo, el monolito central, abierto al Cantábrico, que ya es un icono del concejo de Llanes.









Saliendo de la playa, vamos por la costa en dirección oeste, y en las praderías costeras podemos ver un montón de pequeños pájaros, como petirrojos (Erithacus rubecula)...
















...tarabillas comunes (Saxicola rubicola)...









...o las migradoras tarabillas norteñas (Saxicola rubetra).














Acercándonos a los acantilados de Pendueles, ya vemos algunas aves acuáticas en migración postnupcial, como los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo)....









...o las garzas reales (Ardea cinerea).
















Ya nos adentramos en una playa muy diferente de la anterior: Pendueles.








Muy acantilada, con un acceso (actualmente) muy precario, y con un tómbolo precioso hacia el mar, dio la casualidad de verla justo en una arribazón de ocle, lo que atrajo mucha avifauna.





Varios vuelvepiedras (Arenaria interpres), poniéndose morados de copépodos que a su vez prosperaban entre las algas podridas.










A su lado, un grupín de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), cogiendo fuerzas para seguir hacia el sur.












El local colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) también aprovechaba el momento.















Un buen número de lavanderas blancas (Motacilla alba) migrantes acompañaba al grupo.















De vuelta en el camino, seguimos hacia la playa de Vidiago, viendo en los prados sin segar varios buitrones (Cisticola juncidis).












Cuesta creer que en septiembre todavía estuviésemos deseando que lloviese. La que cayó después. La sequedad del terreno impedía que prosperasen las setas, como este Macrolepiota sp.










Y finalmente, llegamos a la playa de Vidiago.













A pesar de ser una playa muy concurrida, y del vecino camping, que hace que el acercamiento sea poco atractivo, la playa en sí, tan diferente de las dos anteriores, crea un triángulo final de playas espectaculares en un tramo que solo podríamos calificar de delicioso para los sentidos.














sábado, 21 de diciembre de 2019

Un paseo por el río Llantones

A las afueras de Gijón podemos empalmar los recorridos de las sendas fluviales de los ríos Piles y Llantones, haciendo un guapo paseo de casi una decena de kilómetros, que hace un arco sobre el costado SE de la ciudad.





A finales de verano era muy agradable disfrutar en familia de la naturaleza. por ejemplo, de los caballitos del diablo, como estos Calopteryx haemorrhoidalis, en este caso un colorido macho.










Las hembras, aunque más camufladas con la vegetación, también tienen un color metálico verde increíble.















De mariposas, las habituales para la época, por ejemplo la mariposa de los muros (Pararge aegeria).











Las dos potencialmente comestibles para la lagartija roquera (Podarcis muralis). posiblemente, un macho.









De aves, las más llamativas, las numerosas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) que se alimentan entre el ganado. Por la noche se dirigirán al Parque Isabel de Gijón a dormir.









Migración más activa la que llevaba el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), en paso hacia África.











Lo mismo que esta bonita collalba gris (Oenanthe oenanthe).












En las zonas húmedas asociadas, algunos ánades azulones (Anas platyrynchos)...












una garza real (Ardea cinerea) veraneante...













...y un solitario andarríos chico (Actitis hypoleucos).

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Sierra de la Begega: Un paseo no del todo agradable.

Nos fuimos en septiembre a dar un largo paseo por la Sierra de la Begega, y aunque el paisaje, que ya conocíamos, es precioso, no todo fueron alegrías.











No habíamos vuelto desde antes de la instalación de los molinos y fue bastante impactante el cambio.











Nada más salir, en dirección a Boinás, un vistazo nos da una imagen idílica de las sierras de media montaña del occidente asturiano, pero mirando más concretamente vemos el terrible zarpazo que la minería del oro le ha causado al paisaje.

Y toda la sierra se ha plantado de molinos eólicos. Es más que necesario diversificar las fuentes de energía, pero a cualquiera que no sepa el impacto visual y el ensordecedor ruido que montan debería permanecer unos minutos debajo de los aerogeneradores de esta sierra, que aturden.






Por desgracia, debajo de las turbinas había muy poca fauna, nos sorprendió la gran diferencia de variedad de mariposas que había a su lado respecto a la base de la montaña, donde sí que abundaban.
De pájaros, solamente vimos, por ejemplo, algún ejemplar de bisbita alpino (Anthus spinoletta).







También vimos a este juvenil de escribano montesino (Emberiza cia).












Y a una pareja de tarabilla común (Saxicola rubicola).











Las vistas desde la cima son espléndidas, dominando casi toda Asturias, empezando, al este, por Picos de Europa, en este caso el macizo occidental.







Al oeste, el macizo de Ubiña.

















El paisaje libre de construcciones humanas mejora mucho.










Muy cerca, otra aberración con los días contados, en Soto de la Barca.











La vista cercana de la balsa de decantación de la mina de oro no necesita ni comentarios.












A la cima de la Sierra se llega por un camino peculiar.












La ruta, aunque fácil, deja el regusto agridulce de los tajos que se le ha metido a la montaña en aras del progreso. La siguiente sierra en dirección a la Cordillera Cantábrica, la Sierra de la Manteca, por ahora está libre de instalaciones.









Bajando la ladera fue aumentando la biodiversidad, con mucha cantidad de mariposas, por ejemplo el sátiro común (Hipparchia semele).













Muchos ejemplares también del lobito agreste (Pyronia tithonus).












De licenas, muchos ícaros (Polyommatus icarus) hembra...














...y pocos machos.














También las bonitas canelas estriadas (Lampides boeticus).












De plantitas, algunas interesantes, como esta genciana que César me identificó como Gentiana pneumonanthe.












O la típica para el mes de septiembre quitameriendas (Merendera montana).













En general, más bonita la vista hacia los alrededores que hacia la misma montaña. Una pena.