Fuimos a hacer un poco de montaña por la Collada de Arnicio y la verdad es que elegimos bien el sitio.
Subimos directamente por La Muezca a enlazar con la Sierra de Frieru a la altura de la Collada la Parada, y el nombre le viene perfecto, porque la vista, con Picos de Europa al fondo, es prodigiosa.
Aunque el terreno es bastante pelao, bosquetes dispersos hacen mucho más amena la subida.
Arriba en el Cuetu Mon, a pesar de no pasar de los 1.300 msnm la vista hacia la peña los Tornos quita el hipo.
Tirando de teleobjetivo vemos lejos el Macizo de Ubiña.
Al fondo de la sierra, al NO, la principal montaña, que no la más alta, el muy conocido Facéu.
Comerse el bocata en buena compañía, con el único sonido del batir de alas de los buitres y un paisaje como este es algo que te da mucha vida.
Desde el Collado de La Campellina cada vez mejor vista.
Bajando hacia Arnicio ya de vuelta, todo el valle del Nalón al fondo, caso a nuestros pies, con el ya disfrutado Cerru Piqueru justo enfrente.
Una excursión fácil y bien guapa.
viernes, 24 de noviembre de 2017
miércoles, 22 de noviembre de 2017
Escribanos cerillos
Durante el mes de octubre pude disfrutar de varios banditos de escribanos cerillos (Emberiza citrinella).
El más grande, de 5 ejemplares, lo vi en las Invernales de Cuspasante, en la vertiente leonesa del Puertu Ventana.
Estos escribanos son bastante huidizos, y no resulta fácil encontrar un ejemplar tan tranquilo como este.
Con ese amarillo tan chillón puede pensarse que es fácil localizarlos, pero se camuflan perfectamente, si no mirad este otro ejemplar de un trío que vi unos días después, en la Collada de Arnicio, en Caso.
No es fácil, ¿verdad?
El más grande, de 5 ejemplares, lo vi en las Invernales de Cuspasante, en la vertiente leonesa del Puertu Ventana.
Estos escribanos son bastante huidizos, y no resulta fácil encontrar un ejemplar tan tranquilo como este.
Con ese amarillo tan chillón puede pensarse que es fácil localizarlos, pero se camuflan perfectamente, si no mirad este otro ejemplar de un trío que vi unos días después, en la Collada de Arnicio, en Caso.
No es fácil, ¿verdad?
lunes, 20 de noviembre de 2017
Veneno en el monte
No me refiero al veneno que dejan los desalmados que envenenan a la fauna, si no a la gran cantidad de plantas asturianas que producen frutos otoñales tóxicos. Por ejemplo, uno de los más conocidos es el por lo demás precioso bonetero (Euonymus europaeus).
Es importante enseñar a los chiquillos que plantas son buenas comestibles, pero también las que son más problemáticas. Por ejemplo, de estos zarcillos de nueza blanca (Bryonia dioica) cuelgan frutos suficientes para dar un buen disgusto a un niño pequeño si se los come. Ojo, las hojas de alrededor no son de esta planta, si no de la hiedra.
Otra muy venenosa es la fruta de la dulcamara (Solanum dulcamara), una solanácea que por su nombre vulgar de tomatillos del diablo ya sabemos por dónde van los tiros.
Al hipérico (Hypericum androsaeum), al contrario, se le atribuían un sin fin de propiedades medicinales que hoy en día apenas se usan, ya que sus frutos también son bastante tóxicos.
El rusco (Ruscus aculaeatum), además de usarse sus filocladios y frutos en floristería, sí que tiene propiedades para mejorar la circulación con los rutósidos que contiene, pero tomados en crudo, causan intoxicación grave.
Termino con una flor de otoño, el azafrán silvestre (Crocus nudifolium), que no es comestible, lo que se nota en los praos donde pastan las vacas, que evitan y no comen esta guapa flor que nos alegra el otoño. No hay que confundirla con el azafrán cultivado, que es otra especie distinta.
Es importante enseñar a los chiquillos que plantas son buenas comestibles, pero también las que son más problemáticas. Por ejemplo, de estos zarcillos de nueza blanca (Bryonia dioica) cuelgan frutos suficientes para dar un buen disgusto a un niño pequeño si se los come. Ojo, las hojas de alrededor no son de esta planta, si no de la hiedra.
Otra muy venenosa es la fruta de la dulcamara (Solanum dulcamara), una solanácea que por su nombre vulgar de tomatillos del diablo ya sabemos por dónde van los tiros.
Al hipérico (Hypericum androsaeum), al contrario, se le atribuían un sin fin de propiedades medicinales que hoy en día apenas se usan, ya que sus frutos también son bastante tóxicos.
El rusco (Ruscus aculaeatum), además de usarse sus filocladios y frutos en floristería, sí que tiene propiedades para mejorar la circulación con los rutósidos que contiene, pero tomados en crudo, causan intoxicación grave.
Termino con una flor de otoño, el azafrán silvestre (Crocus nudifolium), que no es comestible, lo que se nota en los praos donde pastan las vacas, que evitan y no comen esta guapa flor que nos alegra el otoño. No hay que confundirla con el azafrán cultivado, que es otra especie distinta.
domingo, 19 de noviembre de 2017
Hongos "alienígenas"
Fue toda una suerte poder observar en la misma mañana de excursión por la senda del río Ñora a los 2 hongos australianos que llegaron como exóticos hace décadas a Europa. En Asturias cada vez son más abundantes y siempre llaman la atención. Mi favorito es este Clathrus ruber. Su arquitectura es fascinante.
No menos espectacular es el Clathrus archeri, aunque su forma de pulpo extraterrestre despierta los instintos más bajos y suele acabar como este ejemplar, medio estrapallado.
No menos espectacular es el Clathrus archeri, aunque su forma de pulpo extraterrestre despierta los instintos más bajos y suele acabar como este ejemplar, medio estrapallado.
jueves, 16 de noviembre de 2017
A Socellares desde León
El lado leonés del puertu Ventana, a pesar de estar a unos pocos kilómetros de Asturias, es un paisaje bien diferente.
Sus relieves son mucho más redondeados que los agrestes picos que dejamos en Asturias, y eso hace que cambie mucho también la vegetación, con plantas no tan frecuentes en nuestra provincia, que aquí abundan, como el peral silvestre (Pyrus cordata).
Cometí el error de probar una de las peras de este arbolito, era puro tanino y me secó boca y garganta la mitad de la excursión.
Según íbamos subiendo, se abrían las vistas y los árboles, con sus hojas doradas de mediados de octubre, formaban una paleta de color espectacular.
Las orlas de escaramujos de los rosales silvestres (Rosa sp.) también son muy típicos de este ecosistema.
Dejando atrás las Invernales de Cuspasante, el paisaje se afea considerablemente. Por desgracia la minería de carbón dejó aquí sus huellas, en forma de despoblamiento masivo cuando cerraron las últimas minas, y en forma de paisaje desolado en medio de un paraíso. Nadie se tomó la molestia de devolver al paisaje el esplendor que seguramente atesoraba antes de empezar a extraer carbón. Por entonces la restauración del paisaje ni se contemplaba.
Cuidando las casas aisladas este enorme y precioso ejemplar de mastín leonés, una maravilla con cara de bueno hasta que empezaba a ladrar y te ponía los pelos de punta.
Dejar un mastín de unos 70 kilos de peso en medio del único camino, aún siendo como en este caso, un cachorrón con más voz que peligro, no deja de ser un problema en especial para los que (no es mi caso) tienen pánico de estos perrazos. A mí me encanta el aspecto, la inteligencia y la función de esta raza de perros, ojalá la ganadería volviese a ser lo que era antes y se llenase el monte con sus ladridos, habría menos polémicas con el lobo y más pastores (y menos incendios) en la montaña.
Ya a la altura del Peñón de Ventana, casi llegando a la raya con Asturias, el paisaje se vuelve maravilla pura. Hacia León, Morronegro y la Babia.
Hacia la Cordillera Cantábrica, el Macizo de Ubiña. desde los Huertos del Diablo al Norte hasta Peña Ubiña al Sur.
A estos 1.650 msnm se enrarece la vegetación arbórea, y sólo quedan los más resistentes, los árboles de altura, como el abedul cantábrico (Betula celtiberica)...
Esta transición menos pindia que en Asturias del valle a la cima deja estampas de lo más guapas. Del valle a los Fontanes, casi 1.000 m de desnivel en una sola foto.
Nos dimos la vuelta por cansancio de los acompañantes antes de llegar a nuestro objetivo, enlazar con la Vega de Socellares, ya en Asturias, camino del Colines, otra montaña mítica.
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jueves, 9 de noviembre de 2017
Garcetas comunes impasibles.
En sus cazaderos habituales en el estanque del parque Isabel de Gijón las garcetas comunes (Egretta garzetta) se ganan la vida atrapando gambusias con gran paciencia y dedicación.
Tanto, que apenas hacen caso a cualquier otra cosa de alrededor, incluido a las pocas personas que pasamos a esas horas por el parque.
La actividad le da a la garceta unos réditos muy buenos, siempre acaban pescando un montón de pececillos.
En este caso la pausa y la calma tienen premio.
Tanto, que apenas hacen caso a cualquier otra cosa de alrededor, incluido a las pocas personas que pasamos a esas horas por el parque.
La actividad le da a la garceta unos réditos muy buenos, siempre acaban pescando un montón de pececillos.
En este caso la pausa y la calma tienen premio.
martes, 7 de noviembre de 2017
Liebre en Cabu Peñes
Me prestó mucho poder ver y seguir un rato a una liebre común (Lepus europaeus) en Cabu Peñes. Esta especie de liebre, la más amenazada en Asturias de las 3 especies de liebres hace tiempo que está en retirada, por no decir en extinción en Asturias, y aunque sus últimos reductos en la rasa de Peñes fueron salvados gracias a reintroducciones, sigue siendo un mamífero raro y además esquivo. La vi agazapada, le eché una foto, que como veis fue un fracaso por culpa de la flor que estaba delante y en la que enfocó la cámara, y luego echó a correr hasta desaparecer entre la hierba alta.
¿Que no la veis? No me extraña, es muy difícil, y en una foto fuera de foco, más. Os la pongo aquí esquematizada.
¿Que no la veis? No me extraña, es muy difícil, y en una foto fuera de foco, más. Os la pongo aquí esquematizada.
domingo, 5 de noviembre de 2017
Rezagados y recién llegados al Cabu Peñes
A principios de octubre, en una mañana propicia, todavía se encontraban en paso postnupcial por Cabu Peñes algunos pájaros despistados, los útimos de un gran número de migrantes que hicieron escala temporal aquí, camino de África.
Este torcecuello (Jynx torquilla) fue el más peculiar de los que observé aquel día, por desgracia ya no sólo es difícil verlo en época reproductora en Asturias. También se está rarificando mucho en paso.
Otra que iba muy atrasada era la tarabilla norteña (Saxicola rubetra).
Madrugar mucho permite ver en directo cómo entran desde la mar los invernantes, como estos cansados bisbitas pratenses (Anthus pratensis)...
...y mosquitero común (Phylloscopus collybita).
De estos bisbitas, decenas por toda la rasa.
A primera hora son menos tímidos.
Los mosquiteros comunes que veremos todo el invierno aquí toman posiciones.
Llegan también bandos de centenares de jilgueros (Carduelis carduelis).
No tan abundantes, pero otros fringílidos como los verderones comunes (Chloris chloris) aumentan en mucho el contingente de esta especie que se reproduce en menos número que inverna.
Los chorlitos dorados europeos (Pluvialis apricaria), por su parte, vagarán durante todo el invierno, apareciendo o no dependiendo de muchos factores como la nieve, la abundacia de predadores o las molestias.
Los paseriformes residentes, por su parte, se preparan para el invierno. Algunos frioleros, como el buitrón (Cisticola juncidis) lo pasará muy mal si el invierno es crudo.
Otro termófilo de reciente expansión en el Cantábrico, la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) se aprovecha de la benignidad de los últimos inviernos para progresar de año en año espectacularmente.
Ya es raro ver a esta especie subida a un pino, pero esta hembra estaba muy a gusto en las alturas.
.El chochín (Troglodytes troglodytes) ni se inmuta y sigue más o menos espídico todo el año.
Al estilo del cuervo (Corvus corax) que aguante lo que le echen.
Los colirrojos tizones (Phoenichuros ochruros) prosperan en este hábitat año tras año.
Y algunos pájaros residentes, como el acentor común (Prunella modularis) incluso sacan una última puesta tardía que da pollos emplumados parcialmente, como este.
Este torcecuello (Jynx torquilla) fue el más peculiar de los que observé aquel día, por desgracia ya no sólo es difícil verlo en época reproductora en Asturias. También se está rarificando mucho en paso.
Otra que iba muy atrasada era la tarabilla norteña (Saxicola rubetra).
Madrugar mucho permite ver en directo cómo entran desde la mar los invernantes, como estos cansados bisbitas pratenses (Anthus pratensis)...
...y mosquitero común (Phylloscopus collybita).
De estos bisbitas, decenas por toda la rasa.
A primera hora son menos tímidos.
Los mosquiteros comunes que veremos todo el invierno aquí toman posiciones.
Llegan también bandos de centenares de jilgueros (Carduelis carduelis).
No tan abundantes, pero otros fringílidos como los verderones comunes (Chloris chloris) aumentan en mucho el contingente de esta especie que se reproduce en menos número que inverna.
Los chorlitos dorados europeos (Pluvialis apricaria), por su parte, vagarán durante todo el invierno, apareciendo o no dependiendo de muchos factores como la nieve, la abundacia de predadores o las molestias.
Los paseriformes residentes, por su parte, se preparan para el invierno. Algunos frioleros, como el buitrón (Cisticola juncidis) lo pasará muy mal si el invierno es crudo.
Otro termófilo de reciente expansión en el Cantábrico, la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) se aprovecha de la benignidad de los últimos inviernos para progresar de año en año espectacularmente.
Ya es raro ver a esta especie subida a un pino, pero esta hembra estaba muy a gusto en las alturas.
.El chochín (Troglodytes troglodytes) ni se inmuta y sigue más o menos espídico todo el año.
Al estilo del cuervo (Corvus corax) que aguante lo que le echen.
Los colirrojos tizones (Phoenichuros ochruros) prosperan en este hábitat año tras año.
Y algunos pájaros residentes, como el acentor común (Prunella modularis) incluso sacan una última puesta tardía que da pollos emplumados parcialmente, como este.
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