miércoles, 22 de mayo de 2019

Caminando por la Sierra del Fito

Pillamos un día extraordinario para ir al monte desde el gran balcón de la Sierra del Fito. Enseguida dejamos atrás el follón turístico del Mirador (yo no entiendo qué le ven cuando caminando 1/4 de hora la vista es mucho mejor que en este atrapaturistas).

Pasamos por el pico modesto del Cantu la Teya, aunque las vistas no eran para nada modestas, como esta visión del Macizo Occidental de los Picos de Europa, presidido por la Peña Santa de Castilla.












Hacia el Macizo central, con Torrecerredo, tampoco desmerecía la vista.















Íbamos por un valle muy suave de pendiente, pegados al Sueve al Oeste.












Ya casi enlazando con la Sierra del Sueve, un magnífico rodal de bosque autóctono, lleno de cantos de los pájaros. A la derecha, el mar y Caravia.

Nuestro objetivo fue llegar a las Cabañas del Bustaco, una maravilla para el relax. Se ve el Cantu a la izquierda.

El Sueve, aunque cercano, lo dejamos para otro día que fuésemos sin niños.









Por el camino, algunas mariposas interesantes, como la naranjitas rabicorta (Cupido argiades).












O la abundantísima níspola (Coenonympha pamphilus).














Los acentores comunes (Prunella modularis) también muy abundantes.











Un par de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) jugando como siempre.












Bajamos atravesando los atractivos rodales de repoblación de pino silvestre.











Un último vistazo a la Peña Santa, qué maravilla de paseo.
















Sencillo, sin pérdida y con grandes alicientes, un paseo bien fácil y bien prestoso.






lunes, 13 de mayo de 2019

Ventaniella

Hacía unos cuantos años que no íbamos por Ventaniella, en Ponga, y lo hicimos de nuevo en el mejor momento.












Al comienzo de la primavera todavía hay nieve en las montañas en abundancia, pero los claros hacen que el paisaje se vea maravilloso, de camino hicimos parada obligatoria para una vez más alucinar con el Tiatordos.












Desde San Juan de Beleño ver el Tiatordos, la peña Taranes y el Campigüeños en segundo plano es todo un lujo.








Ya en Ventanielles, visitamos la Ermita y la antiquísima Hospedería, ahora no en su mejor momento.












Aunque pueda parecer que el paisaje sea el mismo desde la Edad media, las atentas explicaciones, y fotografías que nos enseñó, el actual arrendatario enseguida nos hicieron salir de dudas, ya que la casa tiene varias reformas externas muy grandes y las praderías de alrededor tenían un aspecto bien distinto, explotadas intensivamente.



No obstante, sigue siendo uno de los rincones más guapos de Asturias, de una quietud incomparable.




Desde allí subimos hacia el puerto de Ventaniella, con la divisoria con León, siendo el paisaje todavía más espectacular por la buena capa de nieve que aún tenía.









Al llegar a la majada de El Xerru, un paisaje casi inmejorable, con las primeras estribaciones de Ten y Pileñes.

No pasamos de allí por la mucha nieve, pero mereció la pena (siempre lo hace, en cualquier estación), volver a Ventaniella.

sábado, 4 de mayo de 2019

Incendios

Sufrimos hace poco el latazo de contemplar con estupor como, casi en días sucesivos, quemaban la misma ladera de la Peña Escrita, al lado mismo de nuestra casa familiar.

















Además del olor a humo, de la ceniza lloviéndote encima, y del miedo a que se desmadre el fuego y te queme la casa con todos dentro, el espectáculo es desolador.







Del poco sentido que tiene todo esto solo hay que explicar que el terreno quemado hace años que no tiene uso ganadero, y además por dos veces, si no es por la intervención de los bomberos, hubiese quemado un bosque precioso que sí tiene un uso turístico evidente, por ser parte de una ruta señalizada a un mirador y a una torre.







El fuego, en su día, era una arma del ganadero para crear pastos. Tiene un pase, aunque hoy en día no tenga ninguna lógica. Pero hoy en día es más un modo de quejarse del lento pero inexorable deterioro de las zonas rurales. Si la salida hacia el futuro es quemar los paisajes que van a dar de comer a hijos y nietos (porque de eso va el futuro rural en Asturias), no veo clara la utilidad.





Cada vez se quema más cerca de las casas, y un día va a haber una desgracia que todos lamentaremos.











Además, se obliga a un dispendio de dinero público extraordinario obligando a actuar simultaneamente a los bomberos en muchos puntos de Asturias a la vez.










Como vemos en el vídeo, nuestras fuerzas de intervención se la juegan cada vez que extinguen un fuego, supongo que se deben acordar bien del que prendió fuego cada vez que ponen en riesgo sus vidas. Para nada. Héroes sin recompensa ninguna, merecen mi reconocimiento.










Los únicos beneficiados, los busardos ratoneros (Buteo buteo), que se ponen las botas con los pequeños animales que se tuestan en el fuego. Lo dicho, todo muy triste y muy feo.