domingo, 29 de mayo de 2016

Censando el SACRE por la Senda Costera de Gijón y por la Providencia.

Un sitio muy bueno para ver pájaros es la estación de censo en la Senda costera de Gijón, un poco antes del aparcamiento de la playa de Serín. Aunque este año me faltó (desconozco la razón) el zarcero políglota que me recibía, parlanchín, cada año por mayo, tuve suerte con el resto de los invitados. Por el parque de la Providencia, por el contrario, flojo este año, con falta de algunas especies muy comunes aquí, como lavandera boyera, alondra común o acentor común. Pero bueno, para eso se censa, si siempre estuviesen los mismos bichos no haría falta.
Os pongo algunas fotos.


Empiezo con las palomas torcaces (Columba palumbus), cada año más frecuentes y captando hábitats inusuales.














El verdecillo (Serinus serinus), también muy frecuente y desafinando en cualquier posadero disponible.

















Las urracas (Pica pica), tan abundantes como siempre en los últimos años.









Las cornejas negras (Corvus corone), también en ascenso poblacional.










Otras grandes triunfadoras, las currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala).
















Los gorriones comunes (Passer domesticus) se mantienen, que no es poco.













El mirlo común (Turdus merula), también en números altos.












El buitrón (Cisticola juncidis), como nunca este año.













De los que flojean, el más preocupante el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), que aparentemente ha perdido este año un territorio en la zona que controlo.









El acentor común (Prunella modularis), flojucho también.













El colirrojo tizón (Phoenichurus ochruros), poco a poco a menos.









Del pardillo común (Carduelis cannabina), tampoco se ven los grandes bandos de hace unos años, aunque no es escaso.











Finalizo con el humilde petirrojo (Erithacus rubecula), ni fu ni fa.












Más o menos como la tarabilla común (Saxicola rubicola), sin grandes avances poblacionales y sacando pollos adelante.













miércoles, 25 de mayo de 2016

Censando el SACRE por la Peñona.

Uno de los puntos que más me sorprendieron, por variedad ornitológica, en estas semanas de SACRE, fue el Área Recreativa de La Peñona, carretera arriba de Somao, una colina de 500 msnm, praderías frente al mar, con un buen pinar de repoblación bastante maduro, rodeado de manchas de caducifolias  autóctonas y eucalipto, a priori no un lugar demasiado tentador, pero que resultó lleno de sorpresas a nivel local, y sobre todo con una densidad total de paxarinos tremenda.



Aparecieron cornejas negras (Corvus corone) y cuervo criando, varias especies de rapaces y hasta cárabo en el pinar.
La vista de la ría del Nalón, por la que me paseé toda la mañana, ya veis que impresionaba.
Multitud de pájaros, lo más interesante, piquituertos y herrerillos capuchinos a cotas muy bajas para Asturias, y en buena cantidad, a cota muy baja también este zorzal charlo (Turdus viscivorus).
Mucho más normal y corriente, pero con una densidad extraordinaria, el jilguero (Carduelis carduelis), en grandes bandos.
Además de loa abundantes camachuelos comunes y verderones, algunos pardillos comunes (Carduelis cannabina).
Pinzones vulgares (Fringilla coelebs), también abundantes.
Verdecillos (Serinus serinus), abundantes y estridentes a tope.
De túrdidos, petirrojos, zorzales y mirlos comunes y las tarabillas comunes (Saxicola rubicola) en pleno cortejo.
Colirrojos reales, bisbitas arbóreos, agateadores y acentores comunes, mosquitero ibérico, páridos, papamoscas grises, bueno, no sigo, un montón de pequeñas aves que no me imaginaba aquí cuando visité por última vez este lugar, hace unos veranos...mientras hacían una barbacoa a mi lado.
No olvido las collalbas grises (Oenanthe oenanthe), las últimas que vi este año en paso en Asturias.















lunes, 23 de mayo de 2016

El ocalitón de El Pitu

No es que sea yo muy fan de los eucaliptos (Eucalyptus globulus) que tanto han destrozado Asturias y el resto de la Cornisa Cantábrica, pero hay que reconocer que determinados ejemplares son dignos de visitar, de admirar, y porqué no, de proteger. (Ojo, sólo estos ejemplares aislados, el resto, fuera sin miramientos...)

Esta salvajada de eucalipto es estéticamente magnético, con sus imponentes contrafuertes llenos de musgo, las raíces al aire penetrando el terreno muchos metros por debajo y un fuste recto terminado en una grandiosa copa calculo a ojo que unos 40 metros por encima. Fue muy emocionante llegar hasta él. Para que os hagáis una idea con mi silueta, así de pequeño se ve uno allí debajo.















Y la cuestión es que desde justo enfrente, está muy disimulado, y no es hasta estar delante de él que llegas a darte cuenta de la enormidad de este árbol.
Fijáos en la foto, hay árboles igualmente muy altos alrededor, pero la diferencia de grosor de los troncos...









No es fácil llegar a él precisamente por haberse disimulado su presencia. Os recomiendo su visita, no tiene pérdida, justo después de pasar con la carretera nacional el núcleo de Somao, sale una pista debajo mismo del viaducto de la autovía, si no lleváis un todoterreno como confieso que fue mi caso, hay que recorrer unas cuantas curvas, y enseguida lo veréis enfrente en una loma, desde allí hay que seguir un senderillo un poco resbaloso pero fácil y enseguida se tendrá a la vista. No lo dejéis pasar, antes que lo talen (es madera noble) o se caiga.





martes, 17 de mayo de 2016

Paraje natural de la Desembocadura del Guadalhorce (II)

Pues seguimos por las lagunas artificiales, se vieron cosas interesantes.

















Personalmente, lo que más me gustó fue reencontrarme con las malvasías cabeciblancas (Oxyura leucocephala), había una media docena, bastante lejanas.









Aunque esta lejanía deslucía el encuentro, desde Cádiz de hace bastantes años que no me las encontraba y me encantó volver a verlas.







En la lámina de agua también había otra media docena de porrones europeos (Aythya ferina).







No es que me lo esperase pero les eché un buen vistazo a estas 2 gallineta común (Gallinula chloropus) y focha común (Fulica atra), por si pudiesen ser una focha moruna. No hubo suerte esta vez.






Varios zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis) patrullaban la laguna, por los colores del plumaje, creo que intentarán criar.












Con todo, lo que más llamaba la atención era un trío de flamencos comunes (Phoenicopterus roseus).










Nos marchamos muy contentos con los avistamientos, nos sobrevolaron un montón de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), de nuevo hubiese estado bien ver alguna picofina, pero qué se le va a hacer.
















También en migración estaba algún cormorán grande (Phalacrocorax carbo).





Y algunos ejemplares lejanos de garza real y garceta común (Egretta garzetta).












Siguiendo los tarayes (Tamarix africana) todavía tuvimos tiempo de ver más cigüeñuelas y avocetas.











Un paisaje que nadie diría que es completamente artificial, las marismas originales, destruidas hace años, tenían que ser maravillosas.










Fuimos abandonando con pena las zonas húmedas para volver por un bosquete de olivos (Olea europaea).











Por encima, un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) cazando.












Y de vuelta a la civilización, y al autobús, pensábamos en lo bien aprovechada que fue la mañana.

jueves, 12 de mayo de 2016

Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce (I)

Aprovechamos la visita a Málaga para pajarear un poco por la desembocadura del Guadalhorce, un paisaje muy accesible desde Málaga gracias a la red de transporte público, que te deja en la urbanización Guadalmar en un periquete, así da gusto.









Solamente hay que cruzar un puente y ya estamos en el islote que realmente es este paraje, 67 hectáreas de terrenos que primero fueron marismas, después un terreno reventado por las extracciones de áridos (ilegales) y un vertedero, y finalmente, tras la recolonización natural de las lagunas dejadas en los boquetes que dejó "la civilización", un espacio natural protegido. Cosas de la vida.













Justo debajo del puente, una colonia muy grande de avión común (Delichon urbicum).










Aunque eran más frecuentes estos aviones (el aeropuerto está al lado).












El paseo completo, visitando todos los observatorios, se hace en un par de horas, el lugar es pequeño aunque está muy bien diseñado para tener varios ambientes diferentes.










En una primera zona muy humanizada aparecen especies vegetales naturalizadas, como palmeras datileras (Phoenix dactylifera), la delicia de los estorninos negros (Sturnus unicolor).











Un montón de plantas del púrpura y venenoso ricino (Ricinus communis).











Y mucho carrizo (Phragmites australis), la delicia de muchos pájaros.











Amén de muchos otros, yo pillé a la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)...














...o al jilguero (Carduelis carduelis).














Pero enseguida llegamos a las zonas más interesantes, las lagunas.












Ya en el primer observatorio, un buen bando de martinetes (Nycticorax nycticorax) nos sobrevoló, tanto a la ida como a la vuelta.










Nunca había visto tantos en vuelo.













Las lagunas, aunque pequeñas, tenían mucha vida, la más abundante, cigüeñuelas (Himantopus himantopus), había varias decenas y algún pollo, y eso que era una fecha muy temprana.







Muy cercanas.














Y siempre muy ruidosas y nerviosas en sus movimientos.











Abundantes también, pero mucho más discretas, las avocetas (Recurvirostra avossetta).













En las orillas de las lagunas, llenas de vegetación halófila, no mucha cantidad, pero sí variedad de limícolas, entre ellas las 3 especies más habituales de chorlitejos, empezando por el chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)...





...acompañado de varios correlimos tridáctilos (Calidris alba).

Ambos de paso al Norte.











Varios ejemplares de chorlitejo chico (Charadrius dubius), desconozco si residentes.












Y los más interesantes chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinus), que sí que se reproducen aquí, aunque pude comprobar que por desgracia las vallas que delimitan su exigua franja de arena han sido arrancadas parcialmente, hay perros sueltos, basura, pescadores, en fin, lo de siempre...termino con este derecho a pataleo y en la próxima entrada seguimos contando qué otras cosas interesantísimas me encontré.