domingo, 1 de mayo de 2016

Málaga para principiantes (I)

Aprovechando las ofertas estupendas que hay para viajar de Asturias a Málaga, nos fuimos unos días. Junto con Huelva era la única capital de provincia andaluza que todavía no conocía, y no lo dudamos ni un momento.

Fue una decisión estupenda, más aún teniendo en cuenta el tiempecito que nos dejábamos en Asturias, menuda nevada en Somiedo se veía desde el avión.
















Al estar situados en un apartamento en pleno centro de Málaga, no necesitamos coche, además la oferta de transporte público era muy amplia, en todo caso andando se llegaba a casi todas partes, lo primero que visitamos fue la catedral, un edificio bien impresionante.








Ya veis en la portada del crucero que el estilo renacentista está aquí perfectamente representado.











La Manquita, la llaman, ya que falta por construir una de las torres de la fachada principal, a mí me gusta aquí, además en Oviedo sabemos la singularidad de una catedral con una sola torre.












Cada fachada, aunque esté en obras, otra preciosidad.










Por dentro, aunque por fuera no se ven las cúpulas, ya que todas las naves (3) son de igual altura, podemos apreciar el trabajo extraordinario que se hizo para dotar de decoración, a más de 40 metros de altura, al techo de la catedral.




Aunque a mí lo que más me impresionó fue cada una de las enormes y macizas columnas corintias que soportaban y dividían el templo interiormente.
















Con la luz del atardecer las vidrieras daban una luz cálida, siendo un templo muy grande, y con un altar principal y coro gigantescos, no daba la sensación de otras catedrales de oscuridad y vacío, me gustó mucho esta catedral.







Todos los alrededores, peatonales, como todo el centro urbano de Málaga, merecen pasearse  callejuela a callejuela, son de mucho encanto. Al exterior de la catedral confluyen varios paseos, y casi se puede caminar en cualquier dirección sin temor a perderse, la propia catedral hace de referencia visual desde todos los puntos de Málaga.










A dos pasos teníamos el Museo Picasso, excelentes obras de todas las épocas del autor, aunque subjetivamente se me quedó muy corta la exposición.









Por la calle más conocida y transitada de Málaga, la Larios, desembocamos en el paseo marítimo, me recordó a la Calle Corrida de Gijón, pero mucho mayor, claro.









Paralelos al mar, y hacia el oeste, atravesamos los jardines tropicales del Paseo del Parque, una maravilla para los amantes de los árboles exóticos, que aquí se dan de maravilla con este clima. Por detrás están los paseos del palmeral de las Sorpresas, y el del Muelle Dos, que seguimos para poder llegar al Centre Pompidou, que tiene sede en Málaga. Todo en esta foto.


El cubo multicolor del museo se ve desde muy lejos, y su entrada conduce a un museo subterráneo bien estructurado y con pocas obras pero muy bien seleccionadas de arte moderno, y tuvimos la suerte de que hubiese un ciclo de arte surrealista que aprovechamos como buenos connaisseurs.


















Personalmente, me impactó la fragilidad y aparente sencillez de la obra fantasmal de
Kader Attia.










Y ya sólo nos quedó seguir un poco el camino para cruzar a la playa de la Malagueta. Un día muy aprovechado.





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