lunes, 26 de febrero de 2018

Territorios de poder en Galicia

Ya visteis que no pudimos encontrar gran cosa en cuanto a aves, pero en cuanto a paisajes, fue algo inolvidable, con unas condiciones meteorológicas óptimas para comprender lo que son estas fronteras entre montañas, rías, Cantábrico y Atlántico. Una brutalidad para los que nos gustan los paisajes salvajes. Desde Espasante, en la playa de San Antonio, ya nos empezó a azotar el viento Norte.

Y no paró en todo el viaje. Veíamos la nieve desde la playa, y las olas rondaban los 4 metros. En la protegida Ría de Ladrido el paisaje se amansaba.

Una podría estar sentado horas viendo cómo cambia la marea desde Ladrido, es mágico este rincón.

Al otro lado de la Ría, en el embarcadero de Sismundi, una gama infinita de azules, verdes y grises.
En Cariño nos pilló la lluvia pero pudimos aprovechar la visita a los ostreros para retratar la playa y el puerto.

Rebasada esta última playa antes de subir y subir las callejuelas del pueblo en dirección al cabo Ortegal.









Llegados al gran faro, uno se hace enseguida a la idea de porqué se necesita un faro tan descomunal.

















Y es que la costa Ártabra comienza aquí de la manera más descarnada, con unos acantilados ciclópeos que se estiran hacia arriba y hacia Poniente, desafiando la verticalidad, y rozando las nubes bajas.


La caída ya es de infarto en el propio faro.


















Los islotes de Os Aguillons, el Trileuco de ptolomeo,  son el último lugar donde ha criado el arao ibérico, un triste fantasma que aguantó en el lugar más inhóspito, pero ni siquiera esto fue
suficiente.














Desde aquí ya el alucine fue en aumento, subiendo con el coche a la Sierra de la Capelada, muy por encima del cabo Ortegal, en un cuchillo de roca que está formado por algunos de los materiales más antiguos de España, hasta 1.100 millones de años. La vista desde allí arriba hacia Cariño y toda la ría de Ortigueira parecía irreal, y más propia de un avión.

Pero no, propiamente estábamos en una montaña, y aparcando frente al feo pero supongo que de alguna retorcida manera necesario campo de aerogeneradores, fuimos caminando hasta lo más alto, la Garita Cimera, a más de 600 metros de altura, con su vértice geodésico.










Llegar arriba es todo un regalo para la vista y para el corazón.


Hacia el oeste, los acantilados más altos de Europa continental, con unas caídas de vértigo. Tuvimos la suerte de que las nubes cargadas de humedad del Atlántico tuviesen que remontar esta pared y rompían delante nuestro, nos sentimos muy especiales, allí solos frente a tanta belleza y poesía.


Con mucha pena bajamos de allí en dirección a San Andrés de Teixido. Como en otros centros de peregrinación en los que he estado, se puede llegar a abstraer del impacto del turismo y las importantes dosis de posmodernidad que nos encontramos y pensar en el gran poder que emana de este paisaje, y cómo se canalizó hacia esta localidad desde hace milenios. Una tierra así tiene algo diferente, y se siente conscientemente.












domingo, 25 de febrero de 2018

Increíble pero cierto: poco bicherío en nuestra escapada a Galicia.

Nos fuimos el chaval y yo a la fantástica costa norte de Galicia, 500 kilómetros de una tirada. Encontramos unos paisajes que no olvidaremos, enmedio de un temporal de los de película. Pero, y todavía no me lo explico, prácticamente no vimos aves interesantes: ni patos buceadores, ni gaviotas blancas ni americanas, ni colimbos ni álcidos...sencillamente nos faltó la suerte.




Lo más guapo que vimos fue el grupo habitual y cercano de ostreros (Haematopus ostralegus) por Cariño. Estos nunca fallan.











Adultos y juveniles como este ejemplar.














Un placer siempre volver a Cariño y encontrárnoslos.














A diferencia de otros años, ninguna rareza más en Cariño, muchas gaviotas sombrías y patiamarillas, y alguna con aspecto de argentea (Larus argentatus).










Alguna gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).












Y una gaviota cana (Larus canus) adulta.














Por San Cibrao, lugar mítico para los gavioteros, mucho menos de lo esperado, con una posible aunque lejana y breve como para poder verificar gaviota cáspica (Larus cachinnans).








También las malencaradas gaviotas argenteas.











Y un montonín de gaviones atlánticos (Larus marinus), tanto adultos...











...como subadultos, aunque a este le faltan sólo meses.














Una enorme gaviotada, pero con poca miga.












Por O Vicedo, algún zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)...












...vigilado por el gavión atlántico más feo que recuerde...













Era mucho más guapo este otro posible 2º invierno de Celeiro.














En Viveiro, decepción total, poca variedad y poca cantidad, de limícolas flojísimo, con algún zarapito real (Numenius arquata)...










...archibebes claros (Tringa nebularia)...













...y las consabidas garzas reales (Ardea cinerea).











Y poco más. Menos mal que compensó la casual falta de aves la bestialidad de paisajes que encontramos, azotados por el paso de un frente atlántico. Eso en la próxima entrada.

martes, 20 de febrero de 2018

Dos playas deliciosas bien diferentes

Mi concepto de playa deliciosa hace que haya playas que lo sean parcialmente, dependiendo del momento.

Por ejemplo, la playa de San Lorenzo de Gijón, en el momento en el que saqué esta foto, estaba plenamente deliciosa: en medio de una tormenta, anocheciendo, vacía de gente y de perros, llena de gaviotas. En esas circunstancias, San Lorenzo es inigualable, y mítica en mis pensamientos.

La pequeña playa de Viodo, muy diferente, en Gozón, sin ser una playa demasiado atractiva, y pese a estar por desgracia, bastante sucia, cuando baja la marea se prolonga desde la base del acantilado contiguo en dirección a Llumeres, y se forma una gran superficie muy gozosa, y llena de matices pictóricos, y así, está absolutamente deliciosa.










jueves, 8 de febrero de 2018

Gaviotas cáspicas en el Musel

Pude ver 2 ejemplares de gaviota cáspica (Larus cachinnans) a cual más guapa.













Esta gaviota, en general, es bien guapa, pero tuve además la suerte de encontrarme con 2 aves particularmente hermosas.










Patilarga, de cabeza muy blanca, pechugona, ojo pequeño y oscuro, pico precozmente bicolor, secundarias y terciarias muy claritas y practicamente sin ajedrezado.











Los "subarus", la boa en el cuello y el pico largo, paralelo y con poco gonis terminan el conjunto. Una preciosidad potente.











En el vídeo unos cuantos fotogramas de esta gaviota tan espléndida.














A escasos metros, otra compañera, mucho más esbelta ¿una hembra?













Otro 1er invierno, un bellezón, con el ojo achinado, líneas generales más finas pero características similares a las descritas anteriormente, quizás más marcado el ángulo gonial.









La longitud de las tibias, asombrosa. En general, 2 gaviotas muy interesantes.


miércoles, 7 de febrero de 2018

Más colimbos grandes

Sigue un ejemplar de colimbo grande (Gavia immer) en el Musel, en principio parece estar en perfecto estado.










Pescando...













...comiendo...










...sacudiéndose un poco...












...y remoloneando bastante. Vamos, cosas de colimbos.










En la cercana playa del Arbeyal pude ver otro ejemplar, muy lejano.











No es para tirar cohetes, pero hay varios colimbos grandes por la costa asturiana, y es buena señal después de 2 años apenas sin ellos. Aunque pensando que era bastante común tener en la bahía de Gijón simultaneamente a los colimbos grande, ártico y chico, da un poco de pena.












martes, 6 de febrero de 2018

Gaviota groenlandesa en el Musel (II)

Pues el otro ejemplar que pude ver por el Musel era más oscuro, más sucio, y lo peor, más tímido, así que no posó como yo hubiese querido, pero con todo estuvo muy bien eso de ver nada menos que 2 gaviotas groenlandesas (Larus glaucoides) en la misma mañana.









Nunca había visto 2 de estas monadas por Gijón, sí por Galicia, y es increíble lo diferentes que son unos ejemplares de otros.












Si os fijáis en mi última entrada veréis que, siendo las 2 de la misma edad, se parecen en poco.














Espero que sigan aquí este buen invierno que estamos teniendo y mucha más gente las pueda disfrutar.