Lo más guapo que vimos fue el grupo habitual y cercano de ostreros (Haematopus ostralegus) por Cariño. Estos nunca fallan.
Adultos y juveniles como este ejemplar.
A diferencia de otros años, ninguna rareza más en Cariño, muchas gaviotas sombrías y patiamarillas, y alguna con aspecto de argentea (Larus argentatus).
Alguna gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).
Y una gaviota cana (Larus canus) adulta.
Por San Cibrao, lugar mítico para los gavioteros, mucho menos de lo esperado, con una posible aunque lejana y breve como para poder verificar gaviota cáspica (Larus cachinnans).
También las malencaradas gaviotas argenteas.
Y un montonín de gaviones atlánticos (Larus marinus), tanto adultos...
...como subadultos, aunque a este le faltan sólo meses.
Una enorme gaviotada, pero con poca miga.
Por O Vicedo, algún zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)...
...vigilado por el gavión atlántico más feo que recuerde...
Era mucho más guapo este otro posible 2º invierno de Celeiro.
En Viveiro, decepción total, poca variedad y poca cantidad, de limícolas flojísimo, con algún zarapito real (Numenius arquata)...
...archibebes claros (Tringa nebularia)...
...y las consabidas garzas reales (Ardea cinerea).
Y poco más. Menos mal que compensó la casual falta de aves la bestialidad de paisajes que encontramos, azotados por el paso de un frente atlántico. Eso en la próxima entrada.
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