Aprovechamos la visita a Málaga para pajarear un poco por la desembocadura del Guadalhorce, un paisaje muy accesible desde Málaga gracias a la red de transporte público, que te deja en la urbanización Guadalmar en un periquete, así da gusto.
Solamente hay que cruzar un puente y ya estamos en el islote que realmente es este paraje, 67 hectáreas de terrenos que primero fueron marismas, después un terreno reventado por las extracciones de áridos (ilegales) y un vertedero, y finalmente, tras la recolonización natural de las lagunas dejadas en los boquetes que dejó "la civilización", un espacio natural protegido. Cosas de la vida.
Justo debajo del puente, una colonia muy grande de avión común (Delichon urbicum).
Aunque eran más frecuentes estos aviones (el aeropuerto está al lado).
El paseo completo, visitando todos los observatorios, se hace en un par de horas, el lugar es pequeño aunque está muy bien diseñado para tener varios ambientes diferentes.
En una primera zona muy humanizada aparecen especies vegetales naturalizadas, como palmeras datileras (Phoenix dactylifera), la delicia de los estorninos negros (Sturnus unicolor).
Un montón de plantas del púrpura y venenoso ricino (Ricinus communis).
Y mucho carrizo (Phragmites australis), la delicia de muchos pájaros.
Amén de muchos otros, yo pillé a la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)...
...o al jilguero (Carduelis carduelis).
Pero enseguida llegamos a las zonas más interesantes, las lagunas.
Ya en el primer observatorio, un buen bando de martinetes (Nycticorax nycticorax) nos sobrevoló, tanto a la ida como a la vuelta.
Nunca había visto tantos en vuelo.
Las lagunas, aunque pequeñas, tenían mucha vida, la más abundante, cigüeñuelas (Himantopus himantopus), había varias decenas y algún pollo, y eso que era una fecha muy temprana.
Muy cercanas.
Y siempre muy ruidosas y nerviosas en sus movimientos.
Abundantes también, pero mucho más discretas, las avocetas (Recurvirostra avossetta).
En las orillas de las lagunas, llenas de vegetación halófila, no mucha cantidad, pero sí variedad de limícolas, entre ellas las 3 especies más habituales de chorlitejos, empezando por el chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)...
...acompañado de varios correlimos tridáctilos (Calidris alba).
Ambos de paso al Norte.
Varios ejemplares de chorlitejo chico (Charadrius dubius), desconozco si residentes.
Y los más interesantes chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinus), que sí que se reproducen aquí, aunque pude comprobar que por desgracia las vallas que delimitan su exigua franja de arena han sido arrancadas parcialmente, hay perros sueltos, basura, pescadores, en fin, lo de siempre...termino con este derecho a pataleo y en la próxima entrada seguimos contando qué otras cosas interesantísimas me encontré.
Casi se me olvida lo que quería comentar, me bloquea los comentarios el antivirus por las ventanas emergentes.
ResponderEliminarUn lugar muy interesante por lo que cuentas.
Creo que pataleamos poco como colectivo, lo debiéramos de hacer mucho más y ante los responsables de cada lugar. Salud.
Es que nos hacen tan poco caso que hay que tener la paciencia del santo Job...
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