A las afueras de Gijón podemos empalmar los recorridos de las sendas fluviales de los ríos Piles y Llantones, haciendo un guapo paseo de casi una decena de kilómetros, que hace un arco sobre el costado SE de la ciudad.
A finales de verano era muy agradable disfrutar en familia de la naturaleza. por ejemplo, de los caballitos del diablo, como estos Calopteryx haemorrhoidalis, en este caso un colorido macho.
Las hembras, aunque más camufladas con la vegetación, también tienen un color metálico verde increíble.
De mariposas, las habituales para la época, por ejemplo la mariposa de los muros (Pararge aegeria).
Las dos potencialmente comestibles para la lagartija roquera (Podarcis muralis). posiblemente, un macho.
De aves, las más llamativas, las numerosas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) que se alimentan entre el ganado. Por la noche se dirigirán al Parque Isabel de Gijón a dormir.
Migración más activa la que llevaba el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), en paso hacia África.
Lo mismo que esta bonita collalba gris (Oenanthe oenanthe).
En las zonas húmedas asociadas, algunos ánades azulones (Anas platyrynchos)...
una garza real (Ardea cinerea) veraneante...
...y un solitario andarríos chico (Actitis hypoleucos).
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