Esas fueron las otras especies que me encontré.
El más correlimos más numeroso, curiosamente, el correlimos gordo (Calidris canutus), había media docenita rebuscando comida a un charco y medio de distancia.
Menos uno, el resto me parecieron juveniles.
Correlimos comunes (Calidris alpina), pocos vi, en esta ocasión, uno solo, parece que de nuevo un paso escaso.
Chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), 3 había, este cercano, pero en plano picado.
Y los que nunca fallan y siempre llaman la atención, ya sea en los pasos, de invernantes, o de escasos veraneantes, son los vuelvepiedras (Arenaria interpres).
Estuve por el pedrero un par de veces y tengo que repetir, fastidia un poco esa visión tan... desde arriba, lo compensa ver a los bichos en sus tareas. Saludos
ResponderEliminarSí, ya también prefiero estar en la platea que en el palco, pero al menos algo se ve...
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