Bueno, pues después de una gran noche en Viveiro, en el Hotel Ego, que recomiendo, nos fuimos de tour a conocer Viveiro, y por supuesto, también hubo gavioterío.
Comenzamos en Celeiro, con una zona portuaria saturada de gaviotas, aunque un poco de mala suerte y la época que es temporada baja de rarezas hizo que no hubiese mucha variedad, aunque cantidad a tope, en especial de las locales gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), y también varios cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) en plena playa.
Un buen montón también de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), especialmente encima de las embarcaciones.
Algunas con bastante descaro y mala leche...
Pero como ya me advirtió Antonio Gutiérrez, que me asesoró amablemente en este viaje, la mayoría de las gaviotas no estaban en la playa...
...si no en tejados y alrededores de edificios y naves industriales. Cientos de gaviotas, ninguna anilla, ¡vaya!
Algunas gaviotas muy elegantes...como esta pati de ¿2º? ¿3er? invierno...
...otras no tanto, como esta otra que parece que se ha tragado un bonito o al menos una xarda enteros, por lo que le asoma del pico.
En los praos de los alrededores, lo que fue una tónica del viaje: decenas de fringílidos, como este jilguero (Carduelis carduelis) tapizando en paso el terreno.
En fin, un lugar muy agradable de patear, aunque sus gaviotas me fueran un poco esquivas.
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