Una de las aves que me encontré fue el bisbita caminero (Anthus
berthelotii berthelotii). Por todas partes.
Ya fuese en la arena de la playa, entre los
arbustos, en los jables, o incluso en el maravilloso malpaís del infierno
geológico de Timanfaya, allí estaba el bisbita caminero sentando plaza.
A pesar de su abundancia, no es ave agradable
para el fotógrafo, ya que, como suele suceder a todos los de su familia, no se para
quieto nunca, y la oscilación corporal adelante-atrás no favorece la foto.
En todo caso, un bisbita tan bien adaptado a
las islas Canarias que me atrevería a decir que es el paseriforme más típico de
este archipiélago.
Si comprobé el tono distintivamente oscuro del
plumaje del manto, aunque pongo en duda que sea lo suficientemente diferente
como para diferenciarla a simple vista del resto de subespecies de michahellis,
me hubiese gustado verlas en invierno con su famoso rayado cefálico.
Otra especie conflictiva en cuanto a la
identificación es la tórtola turca (Streptopelia decaocto), que en estas islas, desde hace unos años, tiende a hibridarse con la más escasa y antes limitada a las ciudades tórtola
doméstica rosigris, muy parecida.
Pude ver en Playa Blanca ejemplares de tórtola
con una coloración muy clara, y con esas terciarias casi color pastel típicas
de la rosigris, así que mientras las 2 especies convivan y se hibriden, asignar
a una u otra especie es complicado, salvo que se vea a corta distancia, y aún
así, con reparos, por lo que el ejemplar de esta foto se va a Streptopelia sp.
Y finalizo esta serie de los jables de Sóo con un curioso encuentro con una garcilla bueyera (Bubulcus ibis), que se fue al único sitio donde podía encontrar algo de vegetación y humedad acorde con su condición de ardéida, una pequeña granja con cultivo.
Otros ejemplos de adaptación a es medio aparentemente tan árido... Un saludo
ResponderEliminarA veces menos es más, y este clima tan duro "fabrica" unos seres vivos excepcionales.
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