Pasamos ya al limícola tradicionalmente más abundante con diferencia en el paso, aunque también flojeando y con altibajos, el correlimos común (Calidris alpina).
También como suele ser habitual, el plumaje juvenil, o en transición a 1er invierno, es el más abundante, aunque también los hay adultos.
Curiosamente, interactúan amistosamente con todos los demás habitantes de Zeluán, pero las grescas las montan con los de su propia especie.
Poco madrugadores, presta verlos acurrucados, hechos una bola de plumas, cuando aún está saliendo el Sol.
Sus familiares, los correlimos tridáctilos (Calidris alba), mucho menos abundantes, pero siempre presentes.
Aquí sí que predominan totalmente los ejemplares j´venes.
Con su elegantísimo e inconfundible plumaje.
2 especies de lo más común pero siempre entrañables, a mí me encanta que haya muchos en Zeluán, es un símbolo de la migración y de la importancia de Zeluán en este viaje con escalas.
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