



Buena comida para los lagartos atlánticos, que estaban esfamiaos en el duro agosto, tanto que este ejemplar en concreto se subía a las mochilas de los que se paraban para fisgar a ver si había algo de comida.

Con esos ocelos color turquesa, llaman la atención, siendo tan descarados, temí por este lagarto, pero al contrario, unos turistas de Tenerife que pasaban por allí, le echaron un poco de agua en una piedra, y el lagarto lamía ávidamente la humedad, menudo recalentón tenía el pobre.
Que guapo ese lagarto con los ocelos azules!!
ResponderEliminarEs precioso, lástima que sea de los más pequeños de los gigantescos "Gallotias".
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