El 29/11/2011, recién llegado de Malta, pude pasarme unos minutos por el Parque de Isabel la Católica de Gijón, muy tarde, apagándose ya las luces.
El parque ya vacío de gente, y las aves, muy tranquilas, ergo pude acercarme mucho a ellas, con sumo silencio y respeto, y es una gozada, aunque sea a costa de trabajar con ISOs muy altos.
La gaviota sombría (Larus fuscus) del titular era muy pequeñita y de apariencia frágil, pero con un patrón de terciarias tan de argentea (con sus hojas de roble y demás) que me cegué. No obstante, me mosqueó mucho su aspecto general, por lo que recurrí a Antonio, que me sacó del apuro: no siempre un patrón de terciarias dicta la especie, y en este caso, el tamaño y la coloración, el pico débil, la inclinaban más a sombría.
En todo caso, nos llamó la atención a los 2 que aún presentase un plumaje juvenil, que debía haber dejado ya atrás hace mes y pico.
Otras, aparentemente (porque en esto de las gaviotas te estrellas a poco que pienses que lo tienes claro), son más fáciles de datar, como esta sombría de 3er invierno.
Esta otra de 1er invierno sí va por el libro en cuanto a fechas de cambio de plumaje.
O esta muy grande gaviota patiamarilla (Larus michahellis) de 1er invierno también.
Da gusto tenerlas tan de cerca, y tan tranquilitas.
Pude ver 3 preciosas gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).
Esta era la única adulta, aunque puede ser también 2º invierno.
Esta de 1er invierno.
Y esta otra con aspecto tan delicado, otra 1er invierno, nunca había tenido una a 2 metros, y era preciosa.
Sus primas, las gaviotas reidoras (Larus ridibundus), abundaban mucho más, e incluía a la única gaviota anillada que vi: FN 80748, que hace varios inviernos que viene a Gijón desde Polonia, aunque poco más sé de ella, ya que no consigo que los polacos me respondan (Aunque ya tengo al bueno de Antonio investigando, ¡gracias!).
Estas sí que no tienen problema (con respeto) en llenar el encuadre de la cámara. Si hubiese tenido malas intenciones, me hubiese resultado muy fácil cogerla con alargar rápido la mano. (Pero saben que no lo haré, y pagan mi respeto con posados como éste).
Mejor verla en grande, gana con el detalle.
De otras aves, pues, aunque aquel día no estaba tan tremendamente lleno el parque como lo estaba hoy (para las próximas entradas), sí que había variedad.
El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) se secaba con tranquilidad.
Los porrones moñudos (Aythya fuligula) van ocupando su lugar.
Y los porrones europeos (Aythya ferina)...siempre tan amodorrados.
Los cucharas europeos (Anas clypeata), haciendo honor a su nombre: da la impresión de estar sorbiendo la sopa al comer.
Pero lo que más abundaba, en números muy altos, los ánades azulones (Anas platyrynchos).
Una de las varias garcetas comunes (Egretta garzetta) del parque.
Y terminamos con una bonita lavandera blanca enlutada (Motacilla alba yarrellii).
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