Nunca deja de sorprenderme que asociemos a las aves con la idea de fragilidad o la ternura, cuando son de los pocos seres vivos que aguantan con un estoicismo cuasi místico todo lo que les echen, meteorológicamente hablando.
Me pasé el jueves y el domingo por el Rinconín, en Gijón, a ver qué traía el temporal, en cuanto a bichos emplumados, y las aves que vi comían, discutían o simplemente disfrutaban de los escasos momentos de Sol con pinta de estar tan campantes, mientras nosotros, supuesta especie dominante, puesta (también supuestamente) en la Tierra a imagen y semejanza de los dioses, estábamos pasando un frío del copón, o al menos yo no paré de pillar chupa tras chupa esta semana.
Los bichos de portada son 2 preciosos y nada amedrentados por la lluvia correlimos tridáctilos (Calidris alba), que alegraron mi mañana del domingo con sus ágiles y yo diría frenéticos movimientos buscándose la pitanza.
pero los que de verdad me alegraron la semana fueron los correlimos oscuros (Calidris maritima), unos simpáticos correlimos que hace años tomaban Gijón por decenas y que ahora son mucho más escasos.
El año pasado no vi más que uno, y no fotografíe ninguno, pero en 2 días he visto 5 ejemplares diferentes, y me devuelve la esperanza.
Son muy escogidos con el alimento, y viéndolos limpiar cada piedra, entre las grietas, se da uno cuenta de que el pico es una herramienta fabulosa para quien la sabe usar.
A ver si se recupera Gijón como principal zona de invernada peninsular.
Como todas las aves discretas, pasa desapercibida, hasta que un día desaparece, y sería una pena.
Los que no son discretos en absoluto son los vuelvepiedras (Arenaria interpres). Sin haber un número exagerado de ellos, montaban un escándalo tremendo, y cada ola que superaba a la anterior, con la marea alta, la liaban parda, escapando entre chillidos y peleándose por el sitio en las rocas con sus colegas.
Siguen pareciéndome preciosos, a pesar de su "mal" carácter.
Por lo demás, no demasiadas aves en la Playa de San Lorenzo y alrededores.
Muchas gaviotas reidoras (Larus ridibundus), y bastantes gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).
Y pocas gaviotas grandes. Estas 2, contra todo pronóstico, son la misma especie, gaviota sombría (Larus fuscus), aunque se vea claramente que son bien diferentes, el polimorfismo de la especie.
Bueno, espero el próximo temporalón. Las aves, como este colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) que se alimentaba en la línea de marea podrán con él, seguro.
Gracias, Ángeles, menudo vientecillo tiraba...
ResponderEliminarPrecioso temporal, yo lo he tenido que pasar encerrado y te envidio las chupas y el frío; al menos lo puedo ver en tu blog. Todo un espectáculo el Cantábrico y ver cómo pueden con él los amigos alados. Gracias y saludos Iván
ResponderEliminarHola, Miguel, sé lo mal que se siente uno metido en casa pensando lo bien que estaría uno mojándose fuera, pero queda mucho invierno. Gracias por tus gracias, y nos vemos calaos de agua hasta los huesos cualquier día de estos.
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