El 8 de diciembre estuve por la mañana en el Embalse de San Andrés, durante un par de horas, papando frío.
Salí de allí con un sensación agridulce.
Por una parte, como pasa en Zeluán, siempre que voy, me encuentro un montón de especies, siempre interesantes.
Pero, a diferencia de Zeluán, ocurren 2 cosas que siempre hacen que acabe cabreado:
.Una.-Las molestias, de pescadores casi todo el año y de cazadores durante el invierno. llevaba meses sin ir por no aguantar las miradas desafiantes y maleducadas (por no decir aldeanas) de ciertos pescadores que creen que sobras allí, que creen que estás invadiendo "su" espacio. Y no me extraña, porque aquello, que podría ser un espacio natural de altos vuelos, y un lugar de esparcimiento como pocos en Asturias, últimamente es una tristeza, sucia y destartalada, llena de aves pero vacía de contenido.
Y en época de caza, aunque en teoría es una ZEPA, y no debería entrar nadie armado por allí, las cuadrillas se acercan tanto por los alrededores, que cuando se ponen a disparar, como sucedió este día, no se queda en el agua ni un solo bicho. Sé que ¡será perfectamente legal, pero es muy molesto que aunque físicamente los cazadores no estén allí, sus balas silben al lado mismo de donde tú estás.
Y, evidentemente, no favorece mucho, ni a los pájaros, ni a quien viene a observarlos tranquilamente, la falta de tranquilidad que sería necesaria.
.Dos.-No hay, actualmente, ningún observatorio digno de ese nombre en este espacio natural, lo que obliga a observar a las aves a muchos centenares de metros. Aunque con un telescopio muy potente se pueden hacer buenas observaciones, es muy incómodo, ya que todo se ve ínfimo, te mareas, las fotos son una tortura de malas, y además, en cuanto refleja el Sol, como fue el caso, todo brilla en contra tuya, y dejas de poder ver nada.
En resumen: muchas aves, variadas y en cantidad, pero nula tranquilidad, y no hay un sitio bueno desde el que observarlas, y todo esto hace que poca gente se acerque, y los que lo hacemos, salgamos cabreados de allí.
Creo que habrá a quien esto le salga muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy rentable e interesante,a sí que invito, no obstante, a que vengáis a observar aves por aquí, antes que alguien diga que no le interesa a nadie, y acaben por destruirlo del todo, o más triste aún, que se nos olvide para siempre.
Dicho esto, y advirtiendo de la nula calidad de fotos hechas a más de 500 metros de distancia, un breve resumen de lo observado, que no fotografiado, porque muchas especies se quedaron sin testimonio gr´fico, ya sea por no ser buena la foto, o por ser incapaz de enfocarla con tanto despegue involuntario.
Había en el embalse una mezcla anárquica de aves acuáticas, algunas muy frecuentes, otras no tanto, iban saliendo y entrando de los arbustos de la cola poco a poco, pero en cuanto los tenía localizados, iban los cazadores y los levantaban, así que fue un poco agobiante hacer un seguimiento eficaz.
Lo más abundante, las anátidas, muy representadas, y lo 1º que vi, por su tamaño, 2 ánsares comunes (Anser anser), el único que aguantó las molestias de los 2 fue este.
Bandadas de porrones cruzaban el cielo de un lado a otro, dominando los europeos (Aythya ferina), conté 62 en total. Había 2 moñudos (Aythya fuligula), sin foto.
Los más abundantes y despreocupados, como siempre, los ánades azulones (Anas platyrynchos).
Pero había variedad de ánades: 6 frisos (Anas strepera), y al menos 4 silbones europeos (Anas penelope), de los que son una muestra estos de la foto.
Cercetas comunes (Anas crecca), una docenita, en varios grupos, ya veis que salen en varias fotos.
En otro grupo estaban con 2 preciosas hembras de cerceta carretona (Anas querquedula), a las que pude identificar bien al alzar el vuelo (sin foto).
Los cucharas europeos (Anas clypeata), representados por una sola pareja, aquí un macho con una cerceta común.
Entre los zampullines, 2 especies: este cuellinegro (Podiceps nigricollis). Había 3.
Y una decena de comunes (Tachybaptus ruficollis).
De otras especies, media docena de garzas reales (Ardea cinerea). Había otras tantas garcetas comunes (Egretta garzetta), quedaron sin fotografiar.
Un solitario cormorán grande (Phalacrocorax carbo).
Y no menos de 30 fochas comunes (Fulica atra), habituales en invierno.
¿Gaviotas? Un desastre total, el broche de oro al sentimiento agridulce: no menos de 2.000 gaviotas, lejanas, con el Sol en contra, no veía nada, las fotos de pena, empecé a ver fantasmas por todas partes, porque a contraluz uno no ve más que cosas que flotan y no hay condiciones, así que me retiré vencido por las malas vibraciones. otra vez será...espero que se me pase pronto el desenamoramiento...
Un lugar maravilloso que poco a poco se van cargando y nadie respeta.
ResponderEliminarSaludos Ivan.
Hola, Xurde, a veces poco a poco y aveces a lo loco, desde que ampliaron la zona para pescadores la cosa pegó un bajón tremendo, todo pagado por la administración.
ResponderEliminarHola, Ángeles, es una pena, además nadie tiene que limpiar esa basura, tendrían que llevársela ellos, que es suya, igual que yo la mía no la voy tirando por la calle, me la llevo a casita, parece mentira que estemos en el siglo XXI.
Lo peor sería rendirse, espero que algún día seamos capaces de hacer la suficiente fuerza. En su día se consiguió que fuese refugio de caza y nadie regaló nada a quienes lo consiguieron. Saludos
ResponderEliminarAlgún día, ahora está la cosa de capa caída, y bien caída...por desgracia.
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