El pasado sábado por la tarde me acerqué a la playa’l
Arbeyal de Gijón, a continuar con las visitas del temporal.
La playa estaba desierta, y no me extraña porque llegaban
las nubes negras desde el mar y descargaban que daba gusto. Al menos 2 veces me
pilló, y otras tantas estuve a punto de volver al coche, pero aproveché la
estanqueidad a prueba de bomba (hasta ahora) del equipo y que tenía ganas de
pasar un poco de frío para ir viendo lo que había, y había bastantes cosas
interesantes.
A la orilla del mar, una mancha grande de gaviotas,
muy mayoritariamente sombrías (Larus fuscus), aparentemente muy
cansadas y muy asustadizas, tanto que se ponían a volar a 100 metros de
distancia, así que ni lo intenté, y las dejé tranquilas. Había alguna gaviota
patiamarilla (Larus michahellis). La foto es parcial.
A su lado, otra gran mancha, igual de imposible acercarse
sin espantarlas, de gaviotas reidoras (Larus ridibundus), con
alguna cabecinegra (Larus melanocephalus). Una de ellas iba
anillada claramente en plástico color blanco, pero me resultó totalmente
imposible acercarme siquiera a hacer una mala foto, así que para otro día.
Subí al espigón, y fueron apareciendo aves, 1º 3 cormoranes
moñudos (Phalacrocórax aristotelis). Éste muy cercano, demasiado,
porque los 2 nos encontramos de sopetón, lo que se refleja en el tembleque de
la foto.
Un poco más tardías llegaron las alcas (Alca torda),
eran 2. Esta parecía adulta.
Se acercaban y alejaban a mí con una facilidad pasmosa bajo el agua,
nunca sabías si iban a salir enfrente de ti o a 500 metros, esto sí que es
bucear bien.
No soy muy experto en alcas, pero esta, más retraída, y con el pico más pequeño, me pareció un juvenil.
Y también 2 magníficos zampullines cuellinegros
(Podiceps nigricollis), con ese rojo tan de locos, no buceaban tan
bien, pero se las arreglaban.
Este año ya se han visto bastante más de una docena en esta playa.
Luego aparecieron por allí Laure y Yoli, tuvimos una charla
muy amena, relocalizamos al colimbo grande (Gavia immer), al que
no fotografiamos porque venía una inminente tormenta y nos dio pereza mojar de
nuevo las cámaras.
También a vista de prismático encontramos al unísono una
pequeña gaviota sombría, estilizada, y con unas primarias tan negras como su
manto, pero fuscus fuscus sin anillar...y al fin nos fuimos para casa, me pegué
una ducha hirviendo, y me tomé un buen café calentín en compañía de familia y
amigos.
Fue un día estupendo y reparador.
Aquí está todo lo que hay por L'arbeyal estos dias. Lo malo de las gaviotas que al haber tantas se espanta una y contamina a las demás. El espigón da esas sorpresas,, te sientas allí y si te sale un bicho cerca...zas. Saludos
ResponderEliminarraro que en invierno no te salga nada por el Arbeyal, merece la pena la espera y la mojadura.
ResponderEliminarY éso que por culpa d la avaricia humana, su amor al cemento, y sus ganas de tenerlo todo "bonito", ya no es ni la mitad de lo que era...
ResponderEliminarHola, pablo. Lamento no haber conocido en profundidad esta playa antes de su "adecentamiento", tenía que ser la bomba, por lo que contáis.
ResponderEliminarEste día de navidad pude ver juntos a las alcas, al zampullín cuellinegro, a las negronas comunes y un montón de gaviotas, y pensaba que mereció la pena el madrugón y la pelona que estaba cayendo.