Mi hijo, desde que tiene 2 años de edad, tiene clarísimo que de mayor quiere ser paleontólogo.
A mí, que me encantaría ser paleoantropólogo (pero no tengo tiempo ni pasta para hacer la especialidad), me encanta esta afición de mi pequeño, y desde siempre lo he rodeado de libros, documentales y demás parafernalia prehistórica.
Tiene una buena colección de "fósiles" (huesos de vacas, cabras, caballos, etc...que recogemos en el monte), y una de sus aficiones favoritas es ponerse conmigo a limpiarlos, barnizarlos, y apuntarlos con todo detalle en su libreta de campo.
Hace 2 semanas recogimos en La Polina el cráneo bastante limpio por los insectos de un mirlo común (Turdus merula) que seguramente cazó alguno de los gatos de Mercedes. Hubo una buena discusión porque pretendía meterlo en un tuperware de la abuela, y no era plan de matarla a disgustos...
Anduvo por casa unos días, hasta que nos pusimos manos a la obra.
Lo limpiamos con mucho cuidado, teniendo en cuenta la extrema fragilidad de estos huesinos, le dimos un baño de ácido con mucho arte, lo secamos, lavamos, volvimos a secar, lo barnizamos, pegamos a una piedra seleccionada (una pizarra con oolitos férricos de Llumeres), y aquí está.
Me siento muy orgulloso de este trabajo, en especial cuando pienso lo torpón que es mi hijo y el poco cuidado que pone normalmente con las cosas, o lo que le cuesta concentrarse.
Pero no con los huesos, que maneja con precisión de relojero antiguo.
Crecerá, se perderá como lo hicimos todos, y posiblemente se olvidará de dinosaurios y tigres dientes de sable, pero ojalá reencuentre su camino y algún día se acuerde de las tardes que pasaba con su viejo, jugando a cosas que la mayoría de los niños no juegan habitualmente.
Y que sea montando huesos en un museo, que es lo que parece que es su sueño.
Como dices arriba: crecerá, se perderá... y yo añadiría: y volverá. Si tan pequeño ya empieza malo será que lo deje olvidado, y más teniendo el referente que tiene y la suerte de dar un paso y estar en el monte. Yo creo que me estaría tranquilo.
ResponderEliminarA ver si ye verdá, Senén, ser padre hoy en día da canguelo...
ResponderEliminarHola, Ángeles, el angelito se me rompió el brazo por 2 sitios hoy por la tarde, así que vamos a tener tiempo para manualidades este otoño, porque a ver quién le dice que no puede nadar, andar en bici, jugar al balón...¡trágame tierra!
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