sábado, 1 de octubre de 2011

¿Por qué me gustan las gaviotas?

Una respuesta rápida es que me gustan los desafíos a largo plazo, y aprender a diferenciar gaviotas es un proceso gradual y no exento de fracaso.

Otra, que me gusta aprender de mis propios errores y superarlos, sino no tendría explicación que siga teniendo meteduras enormes de pata identificando gaviotas.

Pero, realmente, lo que más me gusta es que donde otros solo ven gaviotas, yo trato de diferenciar especies, y dentro de las especies, subespecies, y edades, y si además hay anillas, mejor.
Vamos, que es entretenido en el campo, y luego en casa, revisando fotos, y en el sofá, leyendo y releyendo guías.
Todo esto, posiblemente, no sirva para nada. Como buen filósofo de la ciencia, y habiendo además estudiado genética, sé que las gaviotas grandes, en su mayoría, son cronoespecies, variedades no cladísticas, lo que implica que la diferencia entre unas y otras, hablando en plata, es arbitraria, seguir una nomenclatura mendeliana totalmente ambigua (esto ya lo explicar´´e en detalle otro día). Vale, que solo da beneficios a 2 colectivos: a los vendedores de guías de aves, y a los que disfrutamos rompiéndonos la cabeza...¡pero es tan entretenido!

Por ejemplo, el finde pasado estuve por la hermosa playa de la Carniciega, viendo a un bando de gaviotas. A simple vista, un gaviotófobo hubiese visto un bando mixto de gaviotas patiamarillas / sombrías (Larus michahellis / fuscus). Y se hubiese ido para casa.



Yo, como soy gaviotófilo, saqué el telescopio, y miré con más detalle, y vi alguna cosa más, lo que me sirvió para estar entretenido 1/4 de hora y para llevarme unas dudas a casa, consultarlas, etc...y posiblemente equivocarme de nuevo, pero es el único proceso para aprender: caer...y levantarse.

Pues os pongo un esquema gráfico un poco aproximado de lo que pasa por mi cabeza mientras observo, a quien no le gusten las gaviotas...le parecerá ridículo, pero a mí me encanta darle vueltas al tema.
Por ejemplo, dividiendo por edades, hay un nuevo motivo para observar, también para meter la pata...
Y los sobresaltos: esa patiamarilla con patas que parecen rosas, esa cabeza tan estriada, ojos claros, mirada asesina...pues nada, no era una argentea, en cuanto se giró se vio que era otra pati adulta sin más, pero es prestoso.

¿Y esos 3eros inviernos que pasan desapercibidos?
¿Y que pasa cuando aún no te haces a llamarlos 3cy ó 4cy, que es lo que son realmente...?

Hay que dominar la jerga (yo aún estoy en pañales).







Un clásico entre los clásicos: las patis de 2º invierno.

Te gastas 100€ en guías para diferenciarlas de las argenteas, pero al fin y a la postre, acabas por diferenciarlas por instinto, porque las diferencias son mínimas, y poco apreciables en el campo, menos en la foto.
Pero  el ¿y si fuese...? te hace aprender mucho (también meter la pata), e ir poco a poco siendo más conservador y menos tarambanas.


Y por no hablar de los inmaduros, que son un poco juveniles, un poco 1er invierno, las transiciones sutiles que solo los grandes popes de la gaviotología dominan...¡seguiremos intentándolo!
Al final, ya lo decía Torrebruno: "Lo importante es participar...¡y divertirse!" Y no tomárselo muy en serio, ni cabrearse con las meteduras de pata (abundantes). Al fin y al cabo, solo son gaviotas.

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