sábado, 9 de noviembre de 2013

A la rica gambusia

Solo es una hipótesis de trabajo que me hago yo, pero podría ser que la etapa "post-nutrias" en el parque Isabel de Gijón haya vaciado de grandes peces las charcas, y haya favorecido la proliferación de la gambusia (Gambusia holbrooki).










Teóricamente no tiene sentido, ya que las gambusias también forman parte de la dieta de la nutria, y además, uno de los platos preferidos de las gambusias, además de los mosquitos, que es para lo que en teoría la soltaron en las charcas, es precisamente, las puestas de huevos de otros peces. Además, el ciclo vital en teoría, acabó en septiembre, y no debería haber nuevas generaciones.









Lo único que es seguro es que ahora se ven a simple vista en las zonas más someras de las charcas, cerca de los sumideros, y que, sobre todo, se ve a sus depredadores ponerse ciegos a pescaíto invasor.













Sea la hora del día que se pase por el parque, siempre se ven a las garcetas comunes (Egretta garzetta) pescando gambusias, con una eficacia temible.












La colonia de cría en el parque de esta garza ha aumentado con los años, y ya son decenas las residentes invernales, y se han acostumbrado a ponerse en los bordes de la charca y sacar una tras otra a las gambusias.






Con una facilidad pasmosa, y con una total indiferencia hacia los humanos que las observan, pescar y tragar, pescar y tragar.








La abundancia de este pequeño pez es tal que los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) también la explotan, y son muchos los que pasan el día pescando en los estanques, volando de los árboles del dormidero al agua espectacularmente.







Contra todo pronóstico, el otoño en este parque está siendo espectacular en cantidad y variedad, os iré poniendo en sucesivas entradas lo mucho que se puede ver estos días.











Mientras tanto, amigas garcetas, bon appetit!!









Y no solo a las garcetas, siempre hay otros comensales invitados a los restos y a los que se escapan del pico de la garza, como la pillina por excelencia, la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus).

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