Hacía un día increíble, y no pude evitar fijar la vista en la costa al Oeste del Cabo Vidío, que estaba así de espléndida.

El objetivo de la excursión era recopilar información sobre toda la fauna y flora de los pedreros, pero los pedreros resbalan, y no puedo permitirme que mi equipo fotográfico se caiga al agua, así que no os puedo poner ni una foto de las muchas cosas interesantes que se descubrieron, sí de la playa, tendréis que perdonarme.
En la bajada, larga, desde la rasa hasta la arena, viejas conocidas, como la madreselva (Lonicera peyclimenum peryclimenum).

La matacaballos ( Lobelia urens).

O los paxarinos (Linaria triornithophora).

De mariposas, también algunas muy comunes, como la blanquita de la col (Pieris rapae).

La mariposa lobito agreste (Pyronia tithonus).

O la (con alguna reserva) Thymelicus acteon.

De aves, poca cosa, algún cormorán moñudo y gaviotas varias, y en los matos de la ladera, tarabillas comunes (Saxicola torquata).

Colirrojos tizones, jilgueros y algunos pardillos comunes (Carduelis cannabina).
Aunque es posible que el mayor protagonista fuese el paisaje en sí, que desde la altura abrumaba.


También un buen montón de invertebrados que fuimos clasificando entre todos.
Yo me llevé para casa varios huesos de artiodáctilos varios, para la colección "paleontológica" de mi hijo.

Pero sin duda alguna, lo más prestoso fue, además de aprender un montón con los expertos que había en la excursión...

Y creedme, tal y como está el panorama, este espíritu asambleario, entre amigos, y de libre enseñanza y transmisión de conocimientos es casi un milagro.
Milagro que un solitario como yo disfruta de corazón y que espero que dure.
De vez en cuando salir en grupín es divertidísimo...y acabas aprendiendo un montón...
ResponderEliminarDiversión y aprendizaje son un coctel delicioso, y se toma mejor en compañía.
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