El fin de semana pasado hizo un tiempo estupendo, y aprovechamos para pasearnos la playa de Ribadesella, un lugar precioso que siempre merece una visita pausada y un disfrute sosegado.
Gozamos del paisaje, de la arquitectura de los indianos, y también, por qué no decirlo, de un arroz con bugre impresionante, madre qué rico estaba, por Dios.
Además, al final del paseo, unas huellas fósiles de terópodos que no conocíamos nos llamaron la atención, en especial, y con gran alborozo, al peque de la casa. (El remarcado de la huella es mío, la huella real está más disimulada, pero se puede descubrir con un poco de atención).
En los alrededores del puerto deportivo, 2 grupos de aves, con cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), gaviotas sombrías (Larus fuscus) y patiamarillas (Larus michahellis).
Nada de especial, ninguna anilla ni rareza, pero excusa suficiente para coger los prismáticos, y caminar un poco la fartura...
Hola. Te tenía ya algo controlado por tus entradas en otros Blogs, gracias por visitar el mío ahora. Por mi apellido me siento algo asturiano aunque mis antecesores bajaran por aquí cuando la conquista de Granada por los R C.Vamos muchos veranos de vacaciones por Asturias (Somiedo, Gijón,etc).
ResponderEliminarMe han encantado las huellas fósiles que bien muestras, es interesantísimo.
Bueno, te echaré un vistazo desde ahora, Saludos
Encantado de tus visitas, Jesús, las tierras asturianas siempre reciben bien a cualquier visitante, y además hay tanto por visitar aquí.
ResponderEliminarGracias por pasarte, y espero que te entretengan mis entradas.