Lo dicho. El sábado hacía un día como de encargo y nos fuimos a pasear, al ritmo lento que me dejaba el pie, hasta Rodiles.
Es un paseo llano, sencillo, y lleno de alicientes.
Ya en la salida, en el aparcamiento, el panorama, sobre todo cuando hay marea baja, es arrebatador, con esa barca que siempre da colorido a las fotos, sobre todo cuando hace Sol y mucha luz y se puede saturar a gusto el color.
Entre este aparcamiento y la isla del Bornizal casi siempre hay limícolas, la pena es que normalmente los observo con telescopio, y ahora "solo" iba cargado con los prismáticos y el teleobjetivo, así que tenéis que perdonar unas fotos por debajo de la calidad necesaria.
Por ejemplo, aquí estaban un par de zarapitos reales (Numenius arquata).
Vamos caminando en paralelo a la carretera, nos desviamos a la izquierda (al Este), y ya entramos a una cómoda pasarela, entre retazos de plantas halófilas y psamófilas y un grupo de infraviviendas sobre las que lo mejor que se puede decir es que aquí no pintan nada, pero en fin...la panorámica que os presento es un lujo para la vista, y abarca toda la ensenada en marea baja.
A la derecha, la charca de los rascones, y a izquierda, un buen grupo de correlimos comunes (Calidris alpina), acompañados de algunos chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).
Después ya casi llegamos al ecuador de la ruta, y vemos frente a nosotros el antiguo canal de la ría, hoy gozosamente derribado, lo que permite el intercambio entre agua dulce y salada hacia una amplia superficie coincidiendo con las mareas, una situación que a muchos como yo nos gustaría que se extendiese al resto de los porreos de la ría, pero por ahora parece que es ciencia-ficción.
A las aves les encantaría, como a este chorlito gris (Pluvialis squatarola).
A muchos se les olvida que este ría es reserva natural, que tiene la máxima calificación internacional como refugio para las aves y un largo etcétera.
Yo tengo la sensación que casi todas las actuaciones en este espacio natural, o bien son neutras, o directamente, atentan contra las aves, pero es una humilde opinión.
Ya hemos bordeado toda la playa, y la vista que tenemos hacia el Norte abarca gran parte de la ensenada de Misiego. Esta fotografía puede transmitir mucha tranquilidad, y de hecho, fue una mañana tranquila, pero a espaldas de la foto hay un camping y varios negocios de hostelería que en temporada alta acaparan todas las molestias que transforman una zona potencialmente apta para la reproducción de valiosas especies, en un remedo del far west, con turistas incontrolados, lanchas motoras a toda pastilla de un lado a otro, y un montón de descerebrados sin control ninguno. Alguien pensará que una anarquía, pero la anarquía, como concepto político, se refiere a quienes (hasta ahora en vano) dicen que no necesitan a nadie que les ordene, porque son ellos los que se responsabilizan de sus acciones, y en este caso concreto, nadie se responsabiliza de nada, y la guardería del parque aparentemente, desaparece. Lástima.
Los archibebes claros (Tringa nebularia) se lo agradecerían.
Uno podría quedarse horas viendo sus carreras mientras persiguen alevines.
Y, finalmente, doblamos por la pasarela, ya estamos caminando, rumbo Norte, por la propia escollera de la ría, dejamos, en la otra orilla, el Puntal, otra zona "caliente" en verano, a la que yo ni me asomo hasta octubre, porque me da mucha lástima.
La marea era de las más bajas del año, y en los bancos de arena que normalmente quedan bajo la bocana de la ría, un par de archibebes oscuros (Tringa erythropus) quedan demasiado lejanos para disfrutar su elegancia.
Y al final, llegamos a la desembocadura de la ría. Como en el resto, problemas de conservación, y un proyecto de dragado que en sí mismo ya sería un destrozo para el ecosistema, pero que no es nada comparado con lo que traerían cientos de embarcaciones de gran calado surcando (y encallando) la ría. Como veis, tengo un concepto muuuuy pesimista de la conservación de este espacio, que presenta todo un catálogo de aberraciones.
Buen reportaje, invita a visitar de nuevo la zona.
ResponderEliminarSaludos.
Misiego siempre merece una visita, ojalá supiese más de botánica para identificar las plantas adaptadas a los ambientes salinos, porque sé que esta zona es buena para ellas.
EliminarSí, siempre hay cosas curiosas que ver aquí, y cuando anda el águila pescadora, entonces sí que ya es para nota.
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