Que mejor metáfora del invierno que vuelve (aunque tarde) que la presencia desde hace unos días del colimbo ártico (Gavia arctica) de cuya presencia ya me habían avisado Juan Villar y Jorge Valella.
Aunque me prestó mucho verlo, ya que hubo años que ni uno pude localizar, este ejemplar estaba bastante lejano, y no lo pude disfrutar a placer como en otras ocasiones.
Se mantenía en la parte más lejana del Rendiello, medida inteligente, ya que lo vi en un día de semana, con el puerto lleno de pescadores y por tanto de anzuelos, plomadas, nylon y demás trampas mortales.
Otros buceadores del Rendiello, como el cormorán grande (Phalacrocorax carbo)...
...o el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) se paseaban también por las aguas del puerto pesquero.
Un solitario charrán patinegro (Sterna sandvicensis) se pasó un segundo, emitiendo un chillido no tan rápido como yo hubiese querido para haberlo delatado y poder hacer algo con la foto.
Precioso Iván, yo hace no se cuantísimo que no lo veo, y es que a este paso se va a convertir en rareza.
ResponderEliminarSí, cada vez más escaso, qué tiempos cuando se veían los 3 colimbos a la vez :-(
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