

Y es que pocos sitios quedaron libres de la nieve, y que pudiesen dar refugio a los pequeños pájaros.

En el parque Isabel aprovechaban la fuerte avenida de agua color chocolate para capturar al vuelo los pequeños insectos que caían o volaban a ras de la lámina de agua.

Conté 36 ejemplares, y seguramente había más.


Dura vida la de un insectívoro en invierno, más cuando la mayoría de los pájaros de tu familia están por África, pasando el invierno calentinos.

Al menos en esta ocasión, no les faltó la buena compañía.
"Probinos"... a ver si resisten. Un saludo, Fénix.
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