Las palomas torcaces (Columba palumbus) eran antes tímidas y raras aves en los centros urbanos, al menos en España.
Sin embargo, a un ritmo muy rápido se han transformado en palomas de ciudad, empezaron en los parques más frondosos, y actualmente se ven casi en cualquier zona verde.
Estas palomas tan robustas no se cortan un pelo, y aguantan acercamientos insólitos. También han pasado de verse en solitario, o parejas, a detectarse grandes grupos, en el parque Isabel, o en el del Kilometrín, de Gijón, tengo contadas hasta 14.
Esto ya es un apunte mío, pero tengo la sensación de ver cada vez en más sitios a la paloma doméstica (Columba livia) desplazada por la torcaz.
Estas son las torcaces anotadas en el programa SACIN para mi cuadrícula de Gijón, la tendencia, aunque no es lineal, debido a las fluctuaciones de inviernos más crudos/cálidos, es claramente positiva.
Sin embargo, las palomas domésticas parecen mantenerse estables o en ligera disminución.
Veremos a ver en qué acaba la cosa, tendría gracia que la paloma doméstica recuperase su tendencia a criar en zonas acantiladas no humanizadas, y que la torcaz se volviese, al menos en parte, urbana.
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