Gratis y con un pase cada día, solo hay que madrugar un poco y ser silencioso.
(Si hacéis clic en las fotos, en grande, impresiona mucho más).
Acostumbrados a la sobreexposición cotidiana en nuestras variadas pantallas de supuestos espectáculos que son casi siempre pura basura, hay ocasiones en las que la naturaleza nos da una idea de lo que es de verdad sentirse sobrecogido. Uno de esos espectáculos se puede disfrutar cada mañana, entre las 8:30 y las 9 de la mañana, en el Parque Isabel de Gijón, donde hay un inmenso dormidero de estorninos pintos (Sturnus vulgaris).
Los árboles de la laguna grande están cargado de estas aves, y cuando empieza a desaparecer la oscuridad y a salir el Sol, se oye un murmullo que indica la cuenta atrás, desde la quietud absoluta hasta la estampida más brutal.
Al principio, solo unos cuantos pájaros vuelan en silencio, retornando enseguida a las ramas.
Después ya son unas decenas, y comienza el ruido.
EL RUIDO. ¿Qué se puede explicar de un ruido que te deja sordo, pero está compuesto del batir de decenas de miles de plumas? Es una sensación tan extraña como apabullante.
Si has llegado en total silencio, y has conseguido quedarte quieto justo en el epicentro de la acción, te espera algo muy especial.
Comienza con un revoloteo nervioso, acompañado del sonido de muchos picos piando a la vez.
Aumenta a un barullo tremendo en el que ya no oyes nada más que alas, sientes perfectamente el muro de sonido que se desplaza en ondas con las bandadas de cientos de estorninos, de árbol en árbol, circularmente alrededor de la laguna.
Se posan y vuelven a volar, se posan y de nuevo al aire, durante 5, 10 minutos, oleadas de barullo ensordecedor y de silencio expectante.
Hasta que, de repente, una explosión de sonido avanza imparable: todo el grupo, de miles de estorninos, sale, a la vez, en dispersión, del dormidero, y cuando digo todos es todos, en menos de un minuto no quedará ni uno.
Tú estás allí, sobrecogido, a mí se me iluminaba la cara, es algo tan enorme que es difícil explicarlo sin caer en la pedantería: es sublime, miles de alas que forman una única masa, el equivalente a un ave de más de una tonelada que alzase el vuelo, el ruido, el viento, el olor, todos tus sentidos captan la acción y te quedas parado viendo aquello y comulgas con lo extraordinario.
Durante unos segundos el cielo ennegrece con el paso de las aves, sólo ves pájaros encima tuyo. Literalmente, por todas partes.
Repito, es gratis...pero llevaros un paraguas, yo tuve mucha suerte y no impactó milagrosamente ninguno de los cientos de excrementos que cayeron alrededor mío, en todo caso, merece mucho la pena. Nadie nos convoca a estos espectáculos, no cuentan con patrocinadores, ni los políticos saben de ello. Son gratis, y para unos pocos iniciados, puedo asegurar que nadie saldrá decepcionado.
¿De cuántos estorninos estamos hablando? veamos una foto. He contado los puntos, son 690, y mi teleobjetivo cubría aproximadamente 1/12 del cielo delante mío, por lo que, tentativamente, simultaneamente, unos 8.500 pájaros, pero es que tardaron al menos 3 segundos en alcanzar el volumen total de aves en el cielo, así, que, por dar una cifra muy conservadora, aquel día volaron encima mío unos 25.000 estorninos.
¡No os lo perdáis!
¡Impresionante!
ResponderEliminarRecuerdo con nostalgia los grandes bandos de Estorninos en Ponferrada, cuando de niño contemplaba cautivado las figuras que realizaban en el cielo para evitar los ataques de los Halcones peregrinos. Un auténtico espectáculo.
Saludos desde León
En este parque los atacan tanto el halcón peregrino como el gavilán, y los cadáveres de los ejemplares que caen al invierno se los zampan las gaviotas patiamarillas, son toda una fuente de proteínas.
EliminarLo has descrito perfectamente: espectacular, gratuito y disponible todos los días. Yo creo que es algo que le gustaría a cualquiera, aunque sean cosas que pasan desapercibidas para la mayoría. Saludos.
ResponderEliminarPor desgracia poca gente se para a verlo, más teniendo que madrugar.
EliminarIvan, es increible, menudo espectaculo, maravilloso. La pena es que en la sociedad que estamos estas cosas pasan desapercibidas y por eso no las valoran.
ResponderEliminarMenos al que tenemos tu blog, para disfrutar de estos momentos.
Pues todavía quedan unos meses de estorninos, anímate, Fran.
EliminarMaravilloso, alucinante Ivan.que grandiosidad.
ResponderEliminarPreciosa entrada compañero Saludos
ResponderEliminarLo mejor es estar allí y sentirlo.
EliminarGenial entrada Ivan, menudo espectaculo. Este año pude por fín observar aquí (por Oviedo) las nubes que comenta arriba Jose Alberto, con ese movimiento tan suyo y que es todo un espectaculo, por lo menos para mí. Hacía años que las había visto por el este de Europa (mucho mayores que las de aquí).
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