Pues sí, es una gran suerte tener a 2 gaviotas de Delaware (Larus delawarensis) tan cercanas una de la otra, y poder disfrutar con total confianza mutua de su presencia.
Igual de tranquila, permitió que me acercase hasta lo ciertamente increíble a ella, sin inmutarse, poco a poco.
Resulta extraño que año tras año sigan llegando 1os inviernos de esta especie americana, con una querencia por Gijón machacona, y con el Parque Isabel, no sé por qué, como destino de casi todas.
Las vemos llegar cada año con plumaje blanco y negro, poco gris en las coberteras, el pico rosa y muchas motitas en forma de media luna.
Pero cuando se marchan de Gijón ya tienen el pico casi amarillo, el ojo más claro, alguna terciaria ya mudada, y el manto casi gris. Desaparecen las manchas, y aparece un desgaste acusado en primarias, terciarias y coberteras: ya no son 1er invierno, son 1er verano.
Aunque este ejemplar, como veis, está más adelantado de muda que la compañera de la misma edad aproximada que saqué en la anterior entrada.
¡Qué bien poder observarlas con este nivel de detalle!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.