Esta curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) tiene varias cosas interesantes: es mucho más fácil oírla e identificarla por su canto y reclamo, que verla.
Y si la ves, posiblemente no la fotografíes, porque es endiabladamente rápida y al vivir en lo más espeso de los arbustos es difícil que salga. De hecho, yo tiré la foto según asomó este macho en la Campa Torres y hasta que no llegué a casa, no supe si había salido, es visto y no visto.
Esta curruca, que era una rareza en Gijón, se está expandiendo vertiginosamente, y hoy en día se la "ve" (por decir algo) en la mayoría de las espesuras de los matorrales costeros, y en las laderas más térmicas del concejo, está claro que el cambio climático le favorece, así que le auguro un buen futuro en Asturias.
Pues es cierto que coincidimos, y también en cuanto a hábitat...está visto que nuestra amiga va viento en popa. Te quedaron bien las fotos. Un saludo
ResponderEliminarEs espectacular como año tras año van conquistando Asturias. Hasta llegar a la abundancia que conocí en Andalucía les va a costar, pero todo se andará...
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