Al colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) me lo encontré casi en cada punto de censo que contase con arbolado maduro y una buena sebe alrededor, y, al menos en Gijón, está reconquistando el terreno perdido en la última década, en la que perdió muchos efectivos.Este, en la carbayera de los Maizales.

Sin embargo eché de menos al colirrojo tizón (Phenicurus ochruros) en muchos puntos, especialmente en la costa, siendo más abundante curiosamente en parques y en los jardines urbanos. Sigue siendo más abundante que el real, pero claramente, en Gijón está bajando su número, y sería una pena, porque es un ave bien maja y muy alegre, aunque tenga la costumbre, que me horroriza como buen aracnofóbico, de llevar arañas en la boca.
Este se la zampaba en la Campa Torres.





































