El mes pasado, a horas en las que la gente suele estar aún durmiendo, me acerqué al Parque Isabel de Gijón, a ver (y gozar) las garcillas bueyeras en el dormidero habitual.
Saqué unas cuantas fotos a las gaviotas, y cuando ya me iba, me encontré con una escena del todo extraña: una hembra de martín pescador (Alcedo atthis), estaba dentro de la jaula que el guarda del parque usa para marcar y manejar a las aves domésticas.
Las fotos salen borrosas porque aunque intenté desenfocar lo más posible los barrotes entre el ave y la cámara, se nota en la calidad de la imagen.
No entendía muy bien qué hacía dentro de una jaula cerrada con candado, hasta que me di cuenta: la jaula no está cerrada por debajo, y seguramente la martina se había lanzado por un pez, y cuando salió debajo del agua, estaba ya dentro de la jaula, y su cerebro no le daba como para darse cuenta de lo fácil que era escapar: volviendo por donde entró, buceando hacia el exterior.
La martina parecía en buen estado, aunque algo azorada, y de vez en cuando volaba buscando la salida.
No había ni un alma en los alrededores, y pensé en usar mi fiel navaja suiza, que SIEMPRE llevo encima, y desmontar el candado o los alambres de la jaula, pero me pareció una faena para el guarda, y seguramente en cuanto saliese el Sol el personal del parque se daría cuenta de la situación. Calculé que, dado que no había posibilidades de que los gatos del parque le echasen la zarpa, y comida la tenía debajo suyo en el agua, posiblemente todo quedase en un buen susto. Eso espero, porque no me gusta nada el sufrimiento ajeno.
Unos metros más allá, el otro martín pescador residente en el parque, quizás confuso de no estar (como habitualmente) ya peleándose con su compañera invernante, descansaba en paz.
(ACTUALIZACIÓN: Ver comentarios, la martina está BIEN).
Madrugar tiene sus recompensas y esta Martina ha sido una de ellas. Un saludo
ResponderEliminarAl menos los fines de semana madrugar compensa, pero de lunes a viernes...
EliminarQué faena, esperemos que la historia acabase bien, no nos has contado si seguiste observando por allí a la pareja de martines pescadores jeje...Aún con barrotes te dio la oportunidad de obtener unas buenas fotos.
ResponderEliminarUn saludo
Pues sí que siguen 2 martines pescadores zurrándose, pero como a veces se les une un tercero que suele pasarse de visita desde el Rinconín, tampoco lo puedo decir muy alto.
EliminarMalo sería que los del parque, como bien dices, no la hayan soltado nada más verla. Si esto llega a pasar en algún sitio que se me ocurre no hubiera dudado tampoco en tirar de navaja para soltarla, pensando que no daría un duro por ella, pero ahí, en el Parque espero que el final haya sido otro, que seguro que sí.
ResponderEliminarEspero que la cosa saliese bien.
EliminarYo en cualquier otro sitio hubiese reventado los barrotes sin dudarlo.
Esperemos que la joven martina haya salido bien de la jaula. Aunque no por ser joven del año, pues a un adulto le hubiese ocurrido lo mismo. A veces nos entran páridos a la cabaña por la puerta, y les cuesta luego volver a salir, y mirar que la puerta es grande...
ResponderEliminarSaludos.
Los pobre tienen que pasarlo muy mal acostumbrados a la libertad total.
EliminarHola Ivan. La Martina salió ella sóla después de un buen rato. Nos lo comentó Roberto Menéndez. Por lo visto estuvo un rato agotada, pero se fué aparentemente bien. A ver si no se vuelve a meter.
ResponderEliminarLaure & Yoly.
¡¡¡¡¡¡¡¡GENIAL!!!!!!!!!!!!!!
EliminarMe has alegrado la noche!!!!!!
Bonita experiencia has tenido encontrándote tan de cerca con esa preciosidad.
ResponderEliminarPobre animalillo, espero que en estos momentos (ahora durmiendo) se encuentre sano y feliz en plena libertad como tiene que ser.
Te comento muy poco, me vas a perdonar, aunque paso por aquí casi todos los días ;-)
Un saludo!!
Comenta cuando quieras, Félix, que me encanta.
EliminarPara un bicho que no ha pasado ni un minuto de su vida entre barrotes, la experiencia tiene que ser aterradora.
Me alegro que la martina haya acabado bien.Impresionante el plumaje de ese colimbo...nunca lo he visto así.
ResponderEliminarSalud.
Qué rabia da cuando no puedes hacer nada, pero qué bien que la historia tuviese final feliz.
ResponderEliminarEste parque es el mejor del mundo!