viernes, 21 de diciembre de 2012

El águila pescadora y las cornejas: acoso total

Siempre me llamó la atención la desproporción entre el tamaño de los córvidos y el de las aves de presa a las que acosan. He visto a urracas y cornejas agobiar a cárabos, a busardos ratoneros y a halcones peregrinos, y llegué a ver a un águila real desesperada por quitarse de encima a las inofensivas en comparación chovas piquigualdas.
Yo creo que es una mezcla de descaro y de mucha inteligencia.

Hace unas semanas, desde la playa de Misiego, volví a observar a Ben, el águila pescadora (Pandion haliaetus) de la ría de Villaviciosa, pescar un pez de un tamaño más que considerable.







Lo descabezó, y poco más le duró la tranquilidad.











Porque enseguida llegaron un par de cornejas negras (Corvus corone) a intentar ganarse el sustento, moviendo varias veces al águila de sitio, intentando que soltase el pescado.







Tenéis que perdonar la escasa calidad de las fotos, pero están hechas con el telescopio a larga distancia, en la isla del Bornizal.
Lo que intento mostrar está claro: las 2 cornejas se turnaban para distraer al águila pescadora y que fuese soltando trocitos del pescado en la arena aprovechando los descuidos que causaba su nerviosismo.






El plan funcionaba a las mil maravillas, ya que pasaban muy cerca de la cabeza del águila, y le obligaban a soltar el trozo de carne que ya tenía preparado en el pico.









Finalmente se marchó, la situación duró bastantes minutos, y  tras unos instantes de descanso, y aunque en aquel momento las cornejas no fueron directamente a por las migajas, creo que no tardarían en volver a por su pequeño botín.

Muy inteligentes, y eran irritantes al 100%.










En el Bornizal, además, los vecinos habituales: una garza real (Ardea cinerea), a la que se unirían otras tantas, más un grupo de cormoranes grandes y garcetas comunes, pescando comunalmente, lo suficientemente rápido como para anular a la capacidad digiscopera de mi telescopio.









Y muy cerca, un chorlito gris (Pluvialis squatarola).











Y uno de los muchos zarapitos reales (Numenius arquata) que pude ver aquel día por la ría.

4 comentarios:

  1. Hace poco estuve allí observandolas con el teles y como bien se ve en tus fotos....lo tenían frito al pobre Ben.
    Felices fiestas para ti y todos los tuyos Ivan.

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  2. Menudo guardián que tenía la isla. Saludos.

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  3. Como dice el refrán "más vale maña que fuerza"...y eso lo saben bien las cornejas.
    No puedo ver tus fotos, porque el lápiz que contraté mientras no tengo cobertura, me está dando problemas. Un saludo

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  4. Es que el pescaíto bien merece un poco de tabarra

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