A principios de noviembre me encontré a esta guapa gaviota cana (Larus canus) de 1er invierno (1cy) en el Rinconín de Gijón.
Aunque no es en absoluto una rareza, es una gaviota escasa y muy tímida, por lo que pillarla en medio de un gran grupo de gaviotas variadas siempre es motivo de alegría para los que nos consideramos gavioteros.
No suelo observar más de 1/2 docena de ellas cada temporada, así que fue un momento agradable, para mí y para la gaviota, que parecía muy relajada.
Estaba rodeada de varios cientos de gaviotas variadas, con varias decenas de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) y cabecinegras (Larus melanocephalus).
Y un grandioso grupo de gaviotas grandes, entre las que destacaban muchas sombrías (Larus fuscus), para mi sorpresa, ¡ni una anillada, qué desastre!
Por último, una reflexión: yo, después de ver estas imágenes de un amigo francés, soy incapaz de comprender la supuesta existencia de un Dios bondadoso, y ante tal sufrimiento sin sentido ninguno, me reafirmo en mi agnosticismo. Por favor, si alguien tiene una opinión contraria, agradecería de verdad una explicación, yo no se la encuentro. Gracias.
Yo pienso lo mismo cada vez que escucho a Mariano...
ResponderEliminarBuena comparación, aunque de existir el altísimo se va a cabrear...
EliminarUna de las escasas que nos visitan....
ResponderEliminarYo siempre que las veo, que por cierto no son muchas, siempre estoy dudando y dudando, la última que encontré fue en Bañugues hace un par de semanas.
Yo tampoco he encontrado muchas anillas en mis últimas visitas, esperaba más en las reidoras, pero de momento...
un saludo!!