Temporales: mejor que la tele, dónde va a parar...

Con un poco de esfuerzo, arrastré a la familia al paseo del Muro de Gijón a la hora de la siesta.
Todos salimos muy contentos.

Y es que la tecnología es una maravilla, yo ya sabía por el windguru que ayer iba a haber olas de 7 metros, y viento de 80 Km/h. Y además, consulté la marea, y la alta era cuando aparecimos por allí.

La combinación fue tremenda.

Al principio era imposible salir del coche, pero como estaba desierto el paseo, pudimos ver cómo rompían las olas calentinos en el coche, como si fuese el cine, una maravilla.

Cuando diluviaba un poco menos, a mi orden salimos escopetados, y con una raya en el suelo de la cual nadie podía pasar (no hay diversión sin una límitación), nos barrieron las olas, ¡buf! Menudo espectáculo. Y luego la gente paga burradas por buscar aventuras, y nuevas sensaciones...en fin...








Y es que el que se aburre es porque quiere, más probablemente porque no sale de casa: la naturaleza es fuente continua de placer estético y de revelación personal, y cuando la naturaleza se pone brava...

Ayer la playa estaba así de plácida y hermosa:

Y 24 horas después...







Lo dicho, hay que salir de casa, y disfrutar un poco la vida, que esto se acaba en un pis-pas...