martes, 15 de noviembre de 2011

Zarapitos y archibebes en Misiego y Bornizal


Después del Cierrón y La Espuncia, el sábado 12/11 me pasé por Misiego, teniendo delante la isla del Bornizal y la playa de Misiego con marea muy baja, el paisaje era espectacular.

Delante de mí, un buen montón de garcetas comunes (Egretta garzetta), pero ninguna grande (vaya).














Estaban atacando con poca decisión a una garza real (Ardea cinerea) que demostraba su poderío no dándose por aludido.




Y es que menudo garzón.










Un poco más escondidos, 2 preciosos archibebes oscuros (Tringa erythropus), con un archibebe común (Tringa totanus).






Este archibebe oscuro debió coger nociones de buceo de los patos de la ría.







Nunca paran.











También apareció otro archibebe, el claro (Tringa nebularia).












Pero lo más prestoso, para mí, fueron los zarapitos.

Primero, 2 zarapitos reales (Numenius arquata), estas fotos dan cuenta de lo complicados que son los limícolas: son la misma especie, pero un ejemplar se ve mucho más oscuro y reluciente que el otro, que aparece apagado. Para alguien que no sepa nada de zarapitos, podría parecerla diferente especie, y es solo una cuestión de variedad de plumaje intraespecífica, edad o muda.






En todo caso, es una especie que me encanta, son una gozada, especialmente cuando, como fue el caso, se ponen a “hablar” entre ellos, reclaman realmente fuerte.










Haceros una idea, con estas 2 fotos, de la profundidad a la que buscan sus presas los zarapitos, con esta longitud tan extrema del pico.











Hasta atrás...












Y luego apareció un zarapito trinador (Numenius phaeopus). Viéndolos por separado, uno podría confundirse de especie, a mí me ha pasado. Pero vistos juntos, la diferencia de porte, longitud de pico y plumaje es radical, y ya resulta más complicada la confusión.





La fame que tiene, parecida. Este capturó un cangrejín. Yo pensé que lo iba a golpear, o procesar de algún modo, pero se lo tragó de un bocado. Madre mía...








Anduvo un buen rato por allí.






Pues hice unas cuantas fotos de paisaje, y me fui, para terminar el periplo por la ría, de Sur a Norte, esta vez, en dirección a Rodiles. Para otra entrada. O quizás de la cosa para 2, ya veremos.




2 comentarios:

  1. Le has sacado jugo a la visita de la Ría, soy maliayés de nacimiento y me encanta ir; solo me apena el estado en el que se encuentra y la poca importancia que se le da, con el potencial que tiene para un turismo ornitológico ordenado.Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola, Miguel, es una vergüenza que se desaprovechen o incluso se dilapiden los enormes recursos naturales y paisajísticos de la ría, y viendo los intereses caciquiles y urbanísticos (perdón por la redundancia)de la comarca la cosa va a ir a peor, seguro.

    Todavía me queda material para otro par de entradas, je, je, cuando voy por allí cargo para una semana, además qué bien se lo pasa uno con juguetes nuevos...

    ResponderEliminar

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.