Inauguro esta sección con mi última adquisición.
Me ha llegado la semana pasada esta maravilla: un objetivo
zoom CANON EF 24-70mm f2.8 L USM.
Llevaba meses buscando un objetivo zoom de calidad, y me
había decidido por el 24-105 de la serie L.
Como casi siempre hago, estaba buscándolo de 2ª mano. Me resulta
difícil gastar tanto como 1200€ en un cachivache como este, con la que está
cayendo, teniendo en cuenta que en mi casa este año el tijeretazo van a ser
4800€ menos (eso si cobramos la extra), y además es que no me da la gana
comprar un producto nuevo cuando buscando sin prisa se puede ahorrar el 40 ó
50% y hacerle un favor a alguien al que ya no le interesa lo que a ti te hace
falta.
Pues cuando ya lo tenía claro, apareció una oferta por el 24-70 f2.8, un objetivo aún más caro, más corto de focal pero con una luminosidad y
calidad y calidez de imagen apabullante. Así que no me lo pensé.
Tenía un precio excelente, y el vendedor incluía los
filtros, una garantía VIP por si se me caía al suelo o cosas así, y sobre todo,
una caballerosidad y buena educación que suelen ser sinónimos de transacción
exitosa, así que no me lo pensé: todo por 800€.
Respecto al 24-105, gano en luz, pierdo el estabilizador (que no uso demasiado), pierde mi espalda por el mayor peso, pero creo que me va a venir bien para retrato, que lo tengo un poco olvidado. Veremos.
Hace tiempo que necesitaba sustituir mi objetivo zoom
básico, que utilizo fundamentalmente para paisajes, que es la rama de la
fotografía que 1º conocí, y personalmente, creo que la que mejor se me da.
Tuve 1º un EF 28-80 f3.5-4.5, que no me gustaba demasiado la luz
que captaba.
Después tuve el objetivo de paquete de la ya descatalogada 300D,
un increíble EF-S 18-55 f4-5.5 mondo y lirondo, sin estabilizador, sin nada,
ligerísimo, que me dio muchísimas alegrías. Lo llevaba en el bolsillo, y
mientras llevaba el tele puesto, si veía algún paisaje interesante, lo ponía en
un segundo, y tenía unos muy buenos resultados, teniendo en cuenta su humilde
estructura.
Pero últimamente notaba una alarmante falta de nitidez, y
algún fallo de enfoque ya preocupante, pero es que menuda tralla se llevó el
bendito objetivo.
Que nadie se preocupe: tan buena labor durante años me
impide tirarlo, y le voy a incorporar una rosca inversora para reutilizarlo
como objetivo macro, ya os contaré qué tal.
Mientras tanto, para retrato, me compré hace un año el
ultraligero pero bastante desesperante objetivo fijo EF 50mm f 1.8, objetivo de
los denominados superluminosos, pero de comportamiento errático y de fragilidad
total: nunca llegué a acostumbrarme a él, y a veces apetecía tirarlo por la
ventana.
Este sí que lo vendo, prefiero perder el 50% de lo que me
gasté, pero es que ahora el nuevo objetivo es mejor, y el enfoque USM nada
tiene que ver con el de este focal fijo a 50, que tanto me ha decepcionado.
Bueno, aún no he salido a probar el 24-70, aunque lo que
está claro es que todo tiene pros y contras: me llevo un objetivo de calidad
extraordinaria, ganaré en nitidez y colorido, y sobre todo en tiempo, porque
este bicharraco hace fotos que no necesitas editar, son increíbles.
Pero es un objetivo que pesa 1kg, es enorme, no es para
llevarlo en el bolsillo, y tirar fotos a pulso con este monstruo no va a ser
fácil, pero como siempre, me va a llevar unos meses mejorar la técnica y
conocerlo, y luego me imagino que andaré encantado.
De eso se trata, de ir poco
a poco.
Ya os iré poniendo fotos…
A veces me dan bajones a mí de haberme desecho del 18-55... bien usado se defiende a muerte.
ResponderEliminarNada, a disfrutar de ese nuevo pepino.
El 18-55 que venía con la 1ª digital reflex, la 300D de canon, era para hacerle un monumento, por 20€ se siguen vendiendo en ebay y son unos pepinos que duran hasta la siguiente era geológica.
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