Una playa deliciosa inesperada, en Muros del Nalón. Íbamos un par de familias cargaos de críos por la senda costera, no conocía esta playa, y no me imaginaba lo guapa que iba a ser.Tuvimos la suerte de cara, porque aunque tenía mucha gente, cayó una buena pero (gracias al conxuro psicomágico del amigo Fer) breve tormenta que espantó a la mayoría del personal, lo que nos permitió disfrutar de la marea baja y de la playa practicamente para nosotros, con un baño final "en coiros" tremebundo.
Y además, en las rocas expuestas, contra todo pronóstico, unos charcos intermareales llenos de vida que hicieron las delicias de grandes y pequeños, gran variedad de seres que por desgracia ya es tan inusual que emociona cuando aparece en la costa central asturiana, esquilmada hasta el sonrojo.A la vuelta diluvió, salió un Sol que picaba, volvió a llover, y nos dio tiempo a secar antes de merendar en el Mirador del Espíritu Santo. Un gran final para una gran experiencia. A ver si se repite.


Vaya pasada de playa, tan cerca, y desconocida para nosotros también.
ResponderEliminarYo tampoco la conocía y eso que pasé por encima, en la senda costera, múltiples veces. Merece la pena una visita detallada.
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