Los charcos de marea son una gozada para enseñar en directo historia natural a los críos, y además se les pone en valor la vida y en concreto lo importante de disfrutarla, respetarla y dejarla como estaba, en resumen: buscar, ver, conocer, tocar y devolver al agua. Perfecto.
Era la primera vez que se nos colaba un pulpo común (Octopus vulgaris) en el truel, y pudimos disfrutar de las andanzas de este inteligente animal un buen rato, hasta que los soltamos donde lo encontramos y todavía lo vimos avanzar con increíble y casi alienígena soltura entre rocas y algas.
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