domingo, 22 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: Fulmar boreal

A finales del mes pasado una invitación relámpago de Roberto nos puso en catamarán rumbo al Cantábrico, y pudimos ver no muchos bichos, pero sí bastante célebres.
Sin duda el más interesante y para mí una ave nueva, que siempre es una fiesta, fue el fulmar boreal (Fulmarus glacialis).







Fuimos bien lejos para encontrarlo, pero gracias a que éramos muchos ojos mirando, y que los incomparables Fredy y Xuanín hicieron su magia, todos pudimos disfrutar de esta y de otras maravillas que os iré poniendo.













Rodeado de paíños, y de otras aves que hicieron caso del chum, el aceite y los gusanitos que tiramos estatégicamente, el Sr. fulmar apareció a ojos de Roberto y a partir de ahí fue un seguimiento perfecto hasta que a respetuosa distancia lo pudimos localizar perfectamente posado en el mar. Ni os imagináis el silencio que se hizo para que el animal no se pusiese nervioso, cosa que conseguimos.








Aguantó unos minutos para las fotos, aunque hubiese estado bien que fuese más tiempo, ya que no fue el suficiente para ver a prismático el gran diferencial de esta especie respecto de cualquier otra marina en Europa.








Con el aspecto de una gaviota pequeña. pero un ojo y pico muy diferentes, y una blancura espectacular, talmente parece el cruce entre lárido y procelariforme.













Aunque la foto es espantosa, fue al volar cuando vimos la gran diferencia, desde la manera de volar, más típica de una pardela, hasta las alas tan redondeadas y con unas puntas que en nada se parecen a las de una gaviota.
Sólo por verlo ya mereció la pena salir a navegar, pero aún quedaba mucho más por ver.

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