Lo que a priori parecía que iba a ser una gran día entre amigos, acabó, en lo personal, siendo un desastre. Mala mar y pocos bichos, pero, principalmente, por primera vez en muchos años cogiendo barcos, lanchas, ferrys y demás, me mareé. Y a lo grande.Ya íbamos enganchados a un nutrido grupo de gaviotas, la mayoría patiamarillas (Larus michahellis). Y la mayoría inmaduros claro.

Bastantes gaviotas sombrías (Larus fuscus), como este 3er invierno.
Muchas menos gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), y apenas alguna gaviota cabecinegra.
Para cuando aparecieron los preciosos alcatraces atlánticos (Morus bassanus), como este 2cy, ya notaba cierta incomodidad.

Tampoco seguía ya a los bichos, como este págalo grande (Catharacta skua) alrededor del barco, estaba K.O.
Me parecía increíble estar tan mareado, pero llegó un momento que me rendí, aquello no iba a mejorar, a estas alturas del Cantábrico se me apagaron las luces. Y lo peor era que me quedaban varias horas de oleaje.
Todo lo demás fue una nebulosa de dolor, convulsiones y querer volver a mi casa cuanto antes. Todavía pude ver a las gaviotas tridáctila y cana, a las pardelas sombrías, y algún picado de los alcatraces, pero apenas podía abrir los ojos y se me hizo un infierno. Un día para olvidar, sin duda.
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