lunes, 2 de noviembre de 2015

Los últimos de paso: Punta la Vaca

Desde este excepcional punto pudimos ver no tantos migrantes como hubiese querido (no tuve buena suerte escogiendo los días) pero como siempre, fue un espectáculo.

Lástima que las observaciones, casi siempre efímeras  y con telescopio, lejanas, no permitan fotografiar casi nada, porque no dan fe del gran espectáculo del paso postnupcial.


Como siempre, los más abundantes fueron los alcatraces atlánticos (Morus bassanus).











Cuando pasan cerca es una maravilla, da igual que calen en el agua, que vuelen alto o a ras de agua, casi rozándola: todo lo hacen con elegancia.






Cuando pasan en grupos grandes, una alegría.














Sigue resultándome increíble que estén mezclados en la migración ejemplares con muchos años de experiencia y otros que prácticamente acaban de salir del nido.








Algunos días tuvimos la oportunidad de ver a lo lejos grandes grupos de anátidas, bordeando la costa. Cucharas europeos, silbones europeos, ánades azulones, ánades rabudos...todos juntos buscando lugares más cálidos.










Mucho más normal es ver a los marinos negrones comunes (Melanitta nigra).








Las únicas que se acercan amistosamente a nosotros son las gaviotas, sobre todo las locales gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).






















Menos abundantes, y con neta predilección por la dirección Oeste, las gaviotas sombrías (Larus fuscus) también posan para nosotros.














A veces hay contactos con el halcón peregrino (Falco peregrinus). Busca la abundante llegada de paseriformes exhaustos y fáciles de cazar.
















Otros locales conocidos son los cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis). Sus rumbos divagantes, a un lado y al otro del cabo, indican que son en su mayoría sedentarios.








Por desgracia, este año fue muy malo en el paso de pardelas, el único día que pasaron varios miles de pardelas sombrías (Puffinus griseus) yo no estaba presente. Y pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) pasaron a cuentagotas.







Algún págalo, algún alca, flojo otoño este, aunque sigo insistiendo en lo mucho que se disfruta. Y si uno se aburre, hay otras distracciones, como ver al Este, en días de gran visibilidad, Picos de Europa como si estuviese al lado, y no a 100 kilómetros.







También podemos ver a la flota arrastrando tras de sí miles de gaviotas y alcatraces.







O simplemente dejarnos arrullar por las olas. Un mundo aparte delante de nuestra vista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.