
Una vez superada la frontera, que tiene su miga, el Peñón de Gibraltar nos domina por completo.



El objetivo principal de los críos era ver los monos, de los que me ocuparé en la siguiente entrada, así que enseguida llegamos al teleférico que une la base de Gibraltar con la cima, una subida brusca y que impresiona.
Una vez en la cima, aunque ya son varias las veces que he visto este paisaje, uno nunca se cansa de ver la mezcla de encontrar una panorámica tan impresionante, con África, la enorme Bahía de Algeciras, la mayor parte de la costa SE de Cádiz y el propio Peñón, de un solo vistazo.
Es una pena que Gibraltar y La Línea de la Concepción estén separadas por una frontera, ya que han crecido simétricamente y forman una unidad de paisaje espectacular.


Vertiginosamente debajo nuestro, las playas de Gibraltar, como esta de Sandy bay.
Una última mirada a África antes de reirnos un poco con los monetes, con el Monte Jebel Musa siempre dominando el anfiteatro de la costa Norte, entre Tánger al Oeste, y Ceuta al Este.
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