Me acerqué a las Salinas de Dolores de nuevo buscando cercanía con las aves, y de nuevo estuvieron muy distantes, pero sin duda el espectáculo que me ofrecieron mereció la pena.
Las Salinas de Dolores, que no tienen por cierto una manera fácil de llegar, están situadas en plena Bahía de Cádiz, y son un espacio natural enormemente amplio, ya que la interacción con la marea deja una superficie muy extensa.
Siempre con Cádiz-ciudad al fondo al Oeste.
Se trata de una ruta muy fácil de hacer, bastante larga, y con unos buenos caminos.
Su posición en el centro de la Bahía de Cádiz hace que la perspectiva sea tan grande que por desgracia la mayoría de las aves estén a larga distancia.
Sin duda fue el espacio natural que me resultó más atractivo en estas vacaciones.
Y mucho tuvo que ver la gran cantidad de espátulas (Platalea leucorodia) que pude disfrutar.
Al principio lejanas en los fangos de la bahía.
Se levantaban, volaban y se volvían a posar.
Llenaban el cielo de blanco, y durante la mañana varios bandos distintos llegaban, se alimentaban y seguían, siempre por el mismo corredor, en dirección Sur.
Una maravilla, cerca de 2 centenares de espátulas, nunca había visto tantas.
Imposible verlas más de cerca, aunque una se acercó lo suficiente como para leer las anillas que portaba, están en ello desde el grupo de estudio de la espátula en Holanda.
De otras zancudas, mucha variedad, con algunos ejemplares aislados de flamenco (Phoenicopterus rosseus).
Por desgracia, también lejanos, los vi mucho más de cerca en las salinas cercanas al Puerto de Santa María...¡desde la auotpista!
Muchas garzas reales (Ardea cinerea), y alguna garceta común (Egretta garzetta) acompañando al resto de aves.
No faltó alguna garcilla bueyera (Bubulcus ibis), entre los esteros de las salinas.
Y algunas cigüeñas comunes (Ciconia ciconia), alimentándose en los ricos fondos de la bahía.
Las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) que la acompañaban en la foto, muy abundantes por todas partes.
No tanto las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis). Aprovechaban los escasos posaderos.
De charranes, un paso escaso de charranes patinegros (Sterna sandvicensis).
Y presencia continua de los locales charrancitos (Sternula albifrons).
Que crían en los alrededores.
Un buen hábitat a pesar de la dureza del paisaje y la presencia de la sal en todas partes, sigo el próximo día con los limícolas y demás.
Muy buena entrada¡¡
ResponderEliminarMuy bonitas las espátulas deseando que lleguen ya para el norte.
Salu2
JAVI
Ahora toca dispersarse, y espero que sí, que algunas las veamos por el Norte.
EliminarSe nota que has disfrutado, la lejanía es la que es; impresionante lo de las espátulas. Saludos
ResponderEliminarSí que impresionaba ver los bandos cruzar el cielo, lástima la lejanía.
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