Cuando uno piensa que ya lo ha visto todo, aparece un bando de gorriones comunes (Passer domesticus) que más parecen limícolas que paseriformes.
Aunque todos sabemos del oportunismo y adaptabilidad de estos pájaros, verlos entre los charcos y las algas picando comida se me hizo un poco raro.
Su pico no es el mejor, así que acababan bastante sucios y llenos de verdín en las plumas.
Puede ser algo normal o aprendido entre poblaciones costeras, realmente es curioso ver a todo el bando peinando las rocas del Rinconín de Gijón.
Pensándolo bien, tiene lógica: es cerrar el círculo, ya que en Gijón los vuelvepiedras (Arenaria interpres) se comportan como gorriones, comiendo pan, pipas o chorizo de los bocatas así que los gorriones ocupan su sitio...
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